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Toro de Osborne, icono español

Al igual que cuando escuchamos hablar de España fuera de sus fronteras queda todo resumido a paella, siesta, toros, chorizo, olé-olé; la faceta artística de Manolo Prieto quedó reducida a su Toro de Osborne.

Veamos qué se esconde detrás de esta silueta negra tan española.

Este monumental toro se crea para una campaña publicitaria destinada a la bebida espirituosa Veterano de Osborne.

Es tal la apropiación cultural que los españoles deciden convertir en símbolo y en parte de su identidad esta valla publicitaria.

Toro de Osborne de La Gineta (Albacete)

Contra todo pronóstico, se deciden quitar estos anuncios tan bien acogidos, los cuales hacen hoy en día un total de 92 distribuidos por toda la geografía española.

Esto genera bastante controversia entre las gentes del momento y, para evitar su retirada, la Junta de Andalucía decide inscribir estas vallas de publicidad en el Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz como monumentos.

Toro de Osborne de La Gineta (Albacete)

Como buen diseñador de carteles, Manolo Prieto dibujó para marcas tan reconocidas como Frigo, Iberia, Mistol o Fournier entre muchísimas otras, ganó numerosos concursos artísticos, compartió revista con Picasso y Miró en Who is Who in Graphic Art, fue el cartelista de multitud de fiestas, creó carteles para teatros y, además, entre otros muchos trabajos y encargos de renombre, creó la medalla Sevilla 92.

Me hizo gracia descubrir que entre las muchas medallas que diseñó, creó una sobre Abelardo y Eloísa. Os conté en su día la historia de estos dos enamorados aquí. En la cara de la medalla salen los dos amantes representando una escena sexual y en el anverso una guillotina castra a Abelardo. Querido lector, te dejo a ti solito interpretando la moraleja.

A lo que íbamos, al toro.

El boceto nace en 1954 en una cuartilla que pasará a vestir las botellas del brandi de Osborne.

Esta silueta en papel resulta un mamotreto completamente apelmazado, sin embargo, a finales de los años 50 la vemos en una valla publicitaria con la referencia de un camino, un árbol, un poste de la luz las nubes o los sembrados, lo cual hace que descubramos sus dimensiones que le dan un gran vigor.

No es la misma silueta la del siglo pasado que la que contemplamos hoy en día desde el coche. Por ejemplo, se elimina la copa de vino o el color blanco de los cuernos.

Me resulta muy curioso cómo la legislación defiende la conservación de la silueta y ordena el cuidado de una valla publicitaria. En cambio, esa misma legislación deja morir bajo tortura en un espectáculo de barbarie a un ser vivo símbolo de todo un país.