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Viajes, sensaciones, momentos… La vida

El cuco del pastor

Las pechinas no están sólo en las iglesias, también las encontramos en medio del campo manchego.

Pero vayamos por partes. ¿Qué es una pechina?

En arquitectura, una pechina es una pieza que se coloca en la base de una cúpula, permitiendo que esta se sostenga.

Ejemplo de las pechinas de la Iglesia de la Madeleine de París

Y ahora nos toca la siguiente pregunta, ¿qué es un cuco?

Yo pensaba que era un tipo de pájaro, que también, pero los que yo os traigo son pequeños refugios de pastores a modo de chozos donde podían guarecerse de las inclemencias del tiempo con parte de su ganado.

Recreación de un cuco en el Jardín Botánico de Castilla-La Mancha (Albacete)

Solamente con piedras y pequeñas cuñas se inmovilizaban las paredes a medida que cogía altura la construcción. Lo característico de estos refugios es que terminan en forma de cúpula, de ahí que descubramos unas piedras que hacen de pechinas super básicas.

Muchos de estos cucos tienen un nombre que también suele ser el nombre del paraje en que se encuentra.

Cuco Banderas en Barrax

Algunos de estos cucos en su interior albergan un pozo o aljibe, así que hacen de protección en estos puntos de agua, como se puede ver en el cuco que hay dentro del núcleo de población de La Gineta (Albacete), cuyo interior es ocupado por un pozo con su polea. Ahora, está con la piedra vista, sin embargo, antes se encontraba encalado, al igual que otros muchos cucos.

Hay variedad en la construcción de los cucos y pueden presentar varias estancias, aunque los que yo tengo más vistos son los tel techo en modo de bóveda. Con todo, os dejo el cuco de Campillo de las Doblas, pedanía de Albacete, donde están esforzándose por hacerse sonar y que los ayuden a restaurar su cuco, al que tanto cariño tienen.

Cuco de Campillo de las Doblas (Albacete)

Muchas felicidades, Antonio. A disfrutar de los que nos ofrece Albacete.

Las fiestas baby shower y el Niño Jesús

El otro día veía unas imágenes sobre estatuas del Niño Jesús tal y como lo trajo su mamá al mundo:

  • humano, cuya desnudez muestra su parte humana y mortal como los bebés,
  • divino, los gestos y símbolos de sus manos permiten diferenciarlo de los humanos como Dios. Bendice con la mano derecha y sostiene el orbe con la izquierda.

Estas estatuas de Niños Jesús como bebés desnudos son bastante frecuentes en torno al siglo XVI porque es en este momento de la historia en que la devoción a los santos comienza a ser más íntima. Estas estatuillas trascienden al ámbito privado, se sea creyente o no, y su reducido tamaño resulta mucho más manejable a la hora de realizar rezos más personales o individuales.

Estas figuras de Niños Jesús se regalaban a las niñas o a las monjas, de manera que se convertían en una especie de muñecos que podían ser vestidos, acunados, hacían de «peluche o trapito» a la hora de dormir y lo cuidaban como si se tratase de un bebé de juguete.

Puesto de juguetes de bebé en un mercado navideño en París

No sé por qué, pero estos regalos de muñecos-Niños-Jesuses me recordaron a las baby showers.

Para quien no sepa lo que son estas fiestas, se trata de unas reuniones en las que los papás del futuro bebé celebran con sus seres queridos la llegada de este nuevo miembro a la familia. Entre otras cosas, se anuncia el sexo del bebé, los padres reciben regalos que los ayudarán en su futura paternidad y se comparte un buen momento de picoteo con los seres más allegados.

  • Grandes photocalls hechos, por ejemplo, con globos.
  • Pasteles de ensueño.
  • Contratación de equipos de vídeo y fotografía.
  • Catering exclusivo.
  • Vestuario.
  • Fiestas temáticas en algún personaje de literatura/cine infantil…

Cada día parece que se está yendo más de las manos la fiesta por la llegada del nuevo bebé. Al igual que pasa lo mismo con las comuniones. Antes eran unas celebraciones íntimas con la familia y, hoy en día, le dan unas cuantas vueltas a alguna que otra boda.

Recordemos que el ser humano es un ser social y que la llegada de un nuevo miembro a su comunidad es una excusa perfecta para reunirse, compartir y socializar. Por tanto, no nos toca de nuevas el festejo de un nuevo miembro en el hogar.

Se tiene conocimiento de que las familias de la Antigüedad (egipcios, griegos o romanos) ya convocaban reuniones que giraban en torno al nuevo miembro familiar. A estas reuniones asistían las mujeres y compartían conocimientos acerca de la maternidad con la futura mamá.

Además, las mujeres asistentes le entregaban a la embarazada enseres que pensaban que le podrían ser útiles en su nueva etapa vital. Estos presentes los heredaban los hermanos del primogénito y, como la madre ya tenía la experiencia del primer hijo, no era necesario realizar más baby showers que con el primero.

Volviendo otra vez al Niño Jesús, estoy pensando en el Ángel Gabriel haciendo de chat de mensajería instantánea, anunciando a todos los pastores, familiares, amigos y Reyes la llegada del nuevo bebé.

La Anunciación a los pastores del Panteón de San Isidoro de León

A María y José me los imagino como esos padres primerizos prestos a captar todos los consejos para cuidar de su futuro bebé.

Belén en la Plaza de la Catedral de Oviedo

Y a los pastores y a los Reyes Magos haciendo de familiares y amigos, llevando sus mejores regalos: oro, incienso y mirra y consejos de pastor (he aquí una muestra del patriarcado, sin ninguna mujer acompañando a María. Vamos a pensar que entre los pastores y el séquito de los Magos también había mujeres…)

Podemos darle la vuelta a la tortilla a estos regalos, de los cuales siempre se dice que no son nada acertados, si es que no se dice que ni se sabe lo que son. A pesar de la ignorancia en oro, incienso y mirra, que los veamos como malos regalos solo forma parte de nuestro juicio moderno.

Si no caemos en anacronismos, vemos que estos presentes tienen todo el sentido del mundo:

  • Oro para el Rey. // Oro para ayudar a salir de la pobreza a María, José y el Niño.
  • Incienso para el Dios. // Incienso para eliminar el mal olor del establo.
  • Mirra para el hombre. // Mirra para desparasitar al Niño de insectos y gusanos.

En resumidas cuentas, que nos estamos yendo un poco de nuestro tema principal. Queda claro que las baby shower no son nada nuevo ni impuesto por el Corte Inglés. También hemos visto que sus orígenes datan de muchos siglos atrás y que la forma de celebrarlas ha ido evolucionando con el paso del tiempo, siendo diferentes en las distintas partes del mundo.

Eso sí, vemos que el objetivo es el mismo tanto antes como ahora: reunirse para ayudar a la nueva familia, ofrecerles regalos que puedan necesitar para la crianza y el cuidado del bebé y dar buenos consejos a los futuros papás.

Y a ti, ¿ya te ha tocado ir a alguna baby shower?

Rondamos Ronda-Málaga

Quiero comenzar esta publicación recordando las acepciones más chulas de la voz de origen romance ‘ronda’:

  • Grupo de personas que andan rondando.
  • Reunión nocturna de mozos para tocar y cantar por las calles.
  • Espacio que hay entre la parte interior del muro y las casas de una plaza fuerte.
  • Cada uno de los paseos o calles cuyo conjunto circunda una ciudad o la parte antigua de ella.
  • Invitación a comer o a beber que a su costa hace uno de los participantes en una reunión.
  • Patrulla destinada a rondar las calles o a recorrer los puestos exteriores de una plaza.

Una vez que hemos puesto a la RAE sobre la mesa, quiero hacer un GRAN hincapié al que tengo todo el derecho del mundo tras haber vivido casi dos años en Cuenca: Ronda y Cuenca NO tienen NADA que ver. Ronda es una señora ciudad y Cuenca es un pueblecito. Y no me explayo más, que para darme o no la razón, tendréis que visitar ambas ciudades. Tras este pequeño momento de verdades verdaderas, me dispongo a dar un paseo por la ciudad de Ronda-Málaga.

Vistas de Ronda desde la Puerta de Felipe V

Puente Nuevo

98 metros de altura hacen de este puente el lugar más conocido y emblemático de la ciudad de Ronda-Málaga. El paraje donde se encuentra supone una hoz cuyo estrechamiento en el puente se hace llamar Tajo de Ronda o El Tajo. Dicha denominación lleva a mucha gente a pensar que nos encontramos en el río Tajo, pero no. El curso de agua que surca esta maravilla de lugar es el río Guadalevín.

A pesar de ser una obra colosal en un espacio tan angosto, el puente se integra estupendamente en el entorno debido a que los materiales con que fue edificado fueron extraídos del propio cauce del río.

Se construyó con numerosas dificultades a lo largo del siglo XVIII y, recién acabado, sufrió un buen derrumbe a causa de una fuerte crecida del río Guadalevín. Por desgracia, hubo numerosas víctimas del desastre. Una vez terminado, los rondeños pudieron disfrutar de la unión de la Vieja Ronda con la Nueva Ronda.

Sinceramente, yo no recomiendo acceder al interior del puente. En él visitamos su Centro de Interpretación, pero creo que se le podría sacar muchísimo más partido. Si accedéis al mismo, pues podréis decir que estuvisteis dentro del Puente Nuevo de Ronda.

Baños árabes

Estos baños árabes son unos de los mejores conservados que podemos encontrar en España. Datan entre los siglos XIII y XIV y podemos ver que los componentes de las termas romanas se repiten con las salas caliente, templada, fría…, con la diferencia de que los baños árabes principalmente son con vapor y los romanos con inmersión. Además, comportaban una doble función, la religiosa y la de espacio social.

Podemos encontrar en Ronda este tipo de espacio porque la ciudad fue un gran punto estratégico en la frontera más occidental entre cristianos y nazaríes del reino de Granada. Además, hay que contar con que Ronda no tiene puntos de agua en lo que es la propia urbe, así que para hacer funcionar semejantes baños, era necesario situarlos en una zona donde el río pudiera abastecerlos abundantemente. Presumiblemente, toda la tecnología de la que disponen estos baños sirve para captar y distribuir el agua de forma funcional. Siendo muy curioso la noria tirada por un mulo que ganaba así su propio jornal. Afortunadamente, los procesos mecánicos ganan a los de la llamada tracción a sangre, que se sostiene cada vez menos.

Museo de Ronda o Palacio de Mondragón

El Palacio de Mondragón alberga el museo municipal de la ciudad, además de ser el edificio civil más significativo de Ronda. Sus tres patios hacen que tanto su arquitectura como las exposiciones se articulen en torno a los mismos. Se llaman patio mudéjar, patio castellano y patio de entrada y con todos te quedas con la boca abierta. El patio que más fascina a los visitantes es el mudéjar, y no es para menos.

Hammet el Zegrí fue el último gobernador del Reino de Granada y opuso resistencia a los Reyes Católicos. Ocupó este palacio a la muerte del sultán Abd al Malik. Más tarde, en época cristiana, son acometidas múltiples reformas y, además, el propietario pasa a ser el capitán Mondragón, cuyo escudo viste la fachada de acceso, dando así nombre a este palacio.

En la segunda altura se ve el escudo de Mondragón

Tajo de Ronda

La altura de este corte en el terreno de la ciudad llega a alcanzar los 140 metros y supone una garganta preciosa. Está declarado Monumento Natural de Andalucía desde 2019 y la mayoría de los turistas que van a esta ciudad se acercan a ver el espectacular paisaje que enmarca su hoz. Además, mogollón de pájaros habitan el lugar, llenándolo de encanto.

Puente Viejo

No todo iba a ser el Puente Nuevo de Ronda, pues esta ciudad llena de encanto cuenta con, nada más y nada menos, que tres puentes que unen las zonas en las que divide su Tajo los diversos barrios que conforman la ciudad.

La información acerca de este puente escasea. Por eso me limito a deciros lo poco que encontré verdaderamente cierto. En los años 60 del siglo pasado es restaurado y aprovechan para añadirle un pretil y cuatro balcones que actúan como miradores.

Murallas árabes

Ronda es una ciudad fortificada que se hace rodear de unas recias murallas porque se encontraba en un punto estratégico durante la reconquista del Reino de Granada por parte de los cristianos. Así que se vuelve imprescindible una buena defensa y elemento de contención de los asaltos de los enemigos. La verdad que el paseo que hay por los alrededores de la ciudad siguiendo la muralla, es una maravilla. Aunque también hay que reconocer que tiene algún que otro desnivel que hace sudar a más de uno.

A lo largo de toda la ciudad encontramos diferentes puertas que conforman el recinto amurallado y también sus puentes, de los que hablamos en las líneas de esta publicación rondeña. Dentro de lo que es este entramado defensivo, la parte árabe norte es la que mejor se conserva. Se nombra Muralla de la Cíjara y consta de un punto de acceso, la Puerta de la Cíjara.

Alameda del Tajo

Ronda es muy atrayente por los numerosos miradores que se encuentran en los rincones más inesperados de la ciudad. Uno de ellos lo encontramos al final del parque y del paseo de la Alameda del Tajo.

El mirador de la Alameda con su majestuoso quiosco.

Si se os está haciendo un poco larga la lectura, aprovechad para hacer un pequeño descanso contemplando las fotos que hay desde este lugar.

Palacio del marqués de Salvatierra

Lo que más llama la atención del edificio señorial son las esculturas que adornan su portada. En lugar de los clásicos atlantes sujetando con esfuerzo todo el peso de la estructura, encontramos una suerte de figuras representativas de indígenas americanos que parecen burlarse de su público. Por contra, las siluetas de las mujeres muestran pudor y tapan sus atributos femeninos.

También es llamativa su planta totalmente irregular, pues a lo largo de los años se va agrandando al yuxtaponer las viviendas y bloques que se encontraban adyacentes, buena parte de ellos mudéjares.

Fuente de los Ocho Caños

Nos encontramos ante la única fuente antigua y pública de la ciudad que aún hoy se conserva, concretamente de la época de Felipe V; aunque hemos de matizar que, además de fuente, también cuenta con un abrevadero.

Su nombre, como bien podemos intuir, se lo da el número de caños que la adornan. Nada más y nada menos que ocho salidas de agua, adornadas cada una de ellas con una roseta. La fuente también está vestida con dos medallones, el escudo de la ciudad, unos pináculos y una cruz.

Puente árabe

Con el objetivo de dar de beber a las reses en el río Guadalevín, se hace construir este puente en el siglo XIII. Como ya sabemos que suele imperar la famosa Ley del Mínimo Esfuerzo, el puente se edifica en la zona más estrecha del Tajo para unir ambas partes de la ciudad, sin embargo, esto supone que este paso elevado, en realidad, sea muy bajo y es dañado en numerosas ocasiones por grandes riadas.

Entre sus nombres más extendidos se hace llamar Puente Romano, a pesar de que es de origen árabe. Más adelante, lo nombran Puente de las Curtidurías porque los trabajadores de género textil se instalaron en sus aledaños.

Palacio de los condes de la Conquista o Museo Lara

Los siglos XVIII y XIX son el elemento común de todos los curiosos elementos que componen una de las colecciones privadas más importantes de España. Juan Antonio Lara Jurado es quien ha tenido la paciencia de reunir todos estos materiales a lo largo de su vida para exponerlos en el edificio que fue Palacio de los condes de la Conquista de las Islas Batanes. Ejemplo extraordinario de lo que era la arquitectura palaciega del siglo XVIII en Ronda, en este momento alberga guitarras, armas, coches, cuadros, pipas, máquinas de coser, cámaras, microscopios, motos…, hasta una exposición dedicada a la Inquisición y a la brujería. Es totalmente alucinante la disparidad de objetos reunidos bajo el mismo techo.

Casa de san Juan Bosco

Las vistas que tenemos desde este edificio modernista suponen un auténtico mirador de la Serranía de Ronda. El azulejo y la cerámica son los protagonistas del interior de esta casa que sirvió de lugar de reposo para sacerdotes mayores o enfermos de la congregación salesiana.

Que no os engañe su fachada, su interior deja sin palabras a los visitantes.

Puerta de Felipe V

La concha de Anjou y el escudo de los borbones adornan esta puerta de acceso a la ciudad. Recordaréis que contamos antes que el Puente Nuevo sufrió un derrumbe, pues en ese momento los transeúntes tuvieron que hacer un uso intensivo de este paso al interior o exterior de Ronda, así que decidieron acondicionarlo para facilitar el tráfico en la vía de comunicación. Al encontrarse reinando Felipe V en el momento en que se adecentó el lugar, le pusieron su nombre.

Casa del Rey Moro

El hijo del sultán de Fez, Abomelic, se convirtió en el Rey Moro al autoproclamarse desde 1331 a 1339 rey de Ronda, Algeciras y Gibraltar. Curiosamente, en el siglo XV, dio lugar el comienzo de la reconquista de la ciudad de Ronda donde se sitúa este edificio.

Los alrededores que circundan esta casa alberga maravillas como sus famosos y cuidados jardines, una extraordinaria mina de agua o también pueden contar el rodaje del videoclip Take a bow de Madonna o la visita de Michelle Obama.

Esa mina de agua a la que hacemos referencia supone todo un logro en el campo de la ingeniería hidráulica. Para crearla, se aprovechó una grieta natural que hay en el Tajo y es el citado Abomelic quien ordena construir allá por el siglo XV una galería para acceder de la casa al río sin ser vistos.

Vista de la Casa del Rey Moro y sus jardines desde los Jardines de Cuenca.

Casa consistorial

El Ayuntamiento de Ronda no fue siempre casa consistorial. Se construye en el siglo XVIII como cuartel de milicias para, más adelante, restaurarse y aunar las tiendas que se refugiaban bajo los soportales, el pósito y la alhóndiga. Este edificio es uno de los que conforman la Plaza duquesa de Parcent, junto a la Iglesia de Santa María la Mayor, la de María Auxiliadora, el Convento de Santa Isabel y el de la Caridad.

La Alcazaba

Las alcazabas servían de refugio a las guarniciones de soldados. La de Ronda no tuvo muy buena suerte, pues fue muy dañada en el siglo XV en el asedio de Ronda y, más tarde, los franceses también la tocaron durante la Guerra de la Independencia en 1812.

A escasos metros de este elemento defensivo tan importante de la ciudad, da comienzo el Sendero Asa de la Caldera – Los Molinos, el cual permite conocer de primera mano el paraje de la Hoya del Tajo. Si seguimos este sendero, llegaremos a tener unas vistas preciosas del Puente Nuevo y de la ciudad de Ronda asomándose al Tajo.

Puerta de Almocabar

Al sur de la medina árabe abría el paso a la ciudad la Puerta de Almocabar. ‘Al-maqabir’ significa cementerio en árabe, así que esta puerta se encontraba cerca del cementerio a extramuros islámico.

El Pilar es como los rondeños llaman a un abrevadero ubicado en las proximidades de esta puerta. Ahí da comienzo la Cañada Real de Ronda y en ese punto de agua se refrescaba el ganado, los hombres a caballo o las mujeres se acercaban a recoger su agua.

Colegiata de Santa María la Mayor

Dentro de la mayor plaza monumental de Ronda, la de la Duquesa de Parcent, encontramos esta colegiata ocupando el lugar de la mayor mezquita de la Ronda musulmana. La orden de construir en el mismo lugar la dieron los Reyes Católicos en 1485. Se terminó su edificación en el siglo XVII, así que podemos apreciar a la convivencia de estilo gótico, renacentista y barroco.

Resulta tan curiosa esta iglesia porque hay una elemento que llama mucho su atención: su doble galería corrida, la cual no es propia de edificios religiosos, sino civiles.

Pequeñas reminiscencias de esa previa mezquita las podemos encontrar en su torre mudéjar de ladrillo con forma octogonal, previamente fue el alminar antes de convertirse en torre-campanario de la actual iglesia. También se conserva el mihrab, que es una especie de hornacina que indica dónde se encuentra La Meca para dirigir hacia allí la oración. Y estoy segura de que conserva muchos más vestigios de aquella época.

Alminar de san Sebastián

A lo largo de Ronda se distribuían varias mezquitas, siendo este alminar correspondiente a uno de estos templos. Más tarde, es transformado en torre-campanario de la ya desaparecida Iglesia de San Sebastián. Las dos primeras alturas son de época árabe, siendo la tercera de época cristiana. Era desde aquí desde donde llamaba a los fieles parar orar el muecín o almuédano.

Los viajeros románticos

Durante el siglo XIX en Europa se desarrolla el movimiento Romántico. Ronda, ajena en sus serranos paisajes a este movimiento cultural, decide querer involucrarse en el presente europeo y se convierte en un lugar muy atrayente para esos viajeros románticos de la Europa decimonónica.

La maja serrana, el torero gallardo y la ilusión de los bandoleros y contrabandistas hacían de Ronda un escenario turístico delicioso para los aventureros del XIX. Todo ello lo vemos recogido en los azulejos que adornan una de sus calles.

¿A qué estás esperando para ir a descubrir la preciosa ciudad de Ronda?


Carmen, espero que te haya gustado este recorrido por la ciudad que en este momento te acoge. No tengo mejor regalo de cumpleaños que recuperar los días tan buenos que pasamos contigo, que tan bien lo pasamos y que tanto nos gustó que compartieras con nosotros un trocito de esta etapa de tu vida. Que tengas un feliz cumpleaños, en Ronda, en Albacete y donde sea.

Ruta del Alba con Alba

Si te llamas Alba y vives en Asturias… No te queda otra que darte un paseo por la Ruta del Alba.

El Parque Natural de Redes tiene una magia que los amantes de la naturaleza sienten vibrar en sus cuerpos. El PR-AS 62, más conocido como Ruta del Alba, pertenece a este rinconcito asturiano que hace de su verde uno de los integrantes del bien llamado Paraíso Natural.

Los piesecitos inquietos de los caminantes pueden comenzar este pequeño recorrido en Soto de Agües, donde se puede aparcar el coche en un aparcamiento muy espacioso. Numerosos carteles indican por dónde seguir la ruta, siendo el camino de Llaímo el paralelo del cauce del Río Alba.

El camino, el río, las piedras, las cascadas, los árboles, el lavadero, los hórreos, las Foces de Llaímo… Todo encaja para hacer de esta escapada una experiencia a recordar.

En este sendero podrás avistar nutrias, águilas reales, mirlos acuáticos y truchas. Y, aunque no lo digan, alguna mariposa indicándote el inicio de tu pequeña revolución mientras vacas y ovejas actúan como público expectante. En la flora tenemos hayas, tilos, tejos, escuernacabras, musgos y líquenes. Encima de todos ellos, si te fijas bien, el agua del río crea muchos arcoíris, reflejo de que todo va a salir bien.

Albita, espero haberte hecho sonreír con este recuerdo de nuestra rutita. Disfruta de tu cumpleaños. ¡Felicidades!

Que Toledo no se nos resista

En vista de que por razones completamente ajenas a nuestra voluntad (trabajo, compañía no turística, cañas o ingesta de buenos alimentos) no somos capaces de visitar Toledo en todo su esplendor, me veo obligada a que comiences tu cumpleaños pudiendo callejear por Toledo (aunque sea de forma virtual).

Sinuosas callejuelas nos llevan al gran espacio que alberga la inmensidad de este templo toledano de estilo gótico. Todo indica grandiosidad, 88 columnas, cinco naves o más de 750 vidrieras nos dan una idea de que aquí no recortaban a la baja. Los siglos XIII y XIV fueron testigos de su construcción tal y como la conocemos hoy en día; se dice que una iglesia primitiva del 587 ocupaba su lugar, siendo el siglo XIII el momento en que se decide ampliar la obra para dar cobijo al gran número de fieles y transformarlo en el templo actual.

La sacristía de la Catedral alberga numerosos tesoros, entre ellos se encuentran múltiples obras del afamado Greco. Doménikos Theotokópulos (léelo y no pases por alto el nombre griego del artista ¬¬), influido por grandes italianos como Tiziano o Tintoreto, arriba a España y trabaja en sus características figuras alargadas. Tras ser rechazado como pintor regio por no inclinar a la oración a Felipe II, son numerosos los mecenas e instituciones que sí que deciden apostar por él y realizarle encargos.

Otro de los tesoros de la sacristía es su cúpula. Se dice de su pintor, Lucas Jordán, que pintaba con un pincel en cada mano y, aún así, necesitó cinco meses para cubrir con sus pigmentos la cúpula.

Altar mayor de la catedral, encargo del cardenal Cisneros, cabeza de la diócesis de Toledo

La parte alta del coro tiene talladas numerosas figuras de relevancia, como santos y profetas, por contra, la parte baja del coro es más «mundana», pues en los 52 sitiales se recogen las diferentes gestas y rendiciones de la histórica conquista de Granada.

Coro de la Catedral de Toledo

El claustro de esta catedral cuenta con una curiosa leyenda, pues se asegura que quien contempla la gran figura de San Cristóbal vivirá las siguientes veinticuatro horas. Hoy en día resulta bastante chocante la «longevidad insecticida» de apenas unas horas, sin embargo, en tiempos medievales, quién sabe si a más de uno no consolaría esta predicción.

En la misma Plaza del Ayuntamiento se ubican también la Catedral o el Palacio Arzobispal, así que tenemos concentrada gran parte de la historia y de la cultura de la Ciudad Imperial en este espacio.

El arquitecto de El Escorial es el mismo que el del Consistorio toledano, Juan de Herrera. Su estilo renacentista herreriano de escasa ornamentación es la firma de este arquitecto real. Aunque tengamos muy claro el retorno al clasicismo, como tardó en construirse tantos años, en muchas partes, sobre todo en su interior, el barroco despunta en todo su vigor. De hecho, los arquitectos iban muriendo tras el paso de los años y de uno de ellos os tiene que sonar mucho el nombre: Jorge Manuel Theotocópuli. Sí, sí, el hijo de El Greco.

Obviando que el estereotipo manchego no es precisamente un hombre de gran altura, tuvimos la oportunidad de disfrutar de las vistas de la torre de esta iglesia que pasa tan desapercibida a pesar de encontrarse en uno de los puntos más altos de esta bella ciudad.

El siglo XII es testigo de la construcción de esta iglesia, siendo el lugar donde se cree que oraban o se hospedaban los honorables caballeros del Temple. Tenga o no relación con los templarios, lo que sí que es cierto es que actualmente sólo se conserva su torre mudéjar, lo restante experimentó una profunda reforma en el siglo XVII y, otra, después de los daños sufridos durante la Guerra Civil.

Vista de la torre de la Iglesia de San Miguel de lo Alto desde el Hotel Alfonso VI

Inicialmente fue antiguo Hospital de Santa Cruz del Cardenal Mendoza y muestra el final de la arquitectura renacentista, ese estilo plateresco que recuerda a los artesanos del metal argenta. Digamos que está hermanado con los hospitales reales de Santiago de Compostela y de Granada, pues su arquitecto Enrique Egas es el creador de los tres.

Como hospital, encarna avances en cuanto a higiene, espacios ventilados y abundante entrada de luz solar que rompen con lo visto hasta entonces durante la Edad Media al inspirarse en los hospitales italianos. Además de cumplir con la función de hospital general, es lugar de refugio de niños abandonados o expósitos.

Respecto a la obra pictórica de sus exposiciones museísticas, vuelve a aparecer El Greco con diversas obras. Así que aunque no haya podido ver la Iglesia de Santo Tomé ni el Museo del Greco, puedo decir que al menos vi algunas de sus obras.

En primer lugar, vamos a aclarar el nombre de este convento, ya que dos congregaciones religiosas en un mismo nombre queda un poco raro. Bajo mandato de Alfonso X el Sabio se hace construir este proyecto para los franciscanos. Durante el periodo renacentista, que parece que es el estilo predominante de esta publicación, Isabel la Católica lo entrega a las religiosas de la Concepción porque las de la Orden de San Francisco se habían mudado a San Juan de los Reyes.

Toledo es conocida como la ciudad de las tres culturas y, después de estos edificios cristianos, le toca el turno a un edificio medieval de origen islámico: el Corral de don Diego. Solo hice foto de la puerta, bajo cuyo dintel accedemos a un patio que se cerraba por las noches. De hecho, aparece por aquí de refilón nuestro amiguito Enrique II, el hermanito fratricida de Pedro el Cruel. En este espacio se encontraba el Palacio de los Trastámara y, copio tal cual, «que fue en su día propiedad de don Diego García de Toledo, alguacil mayor de Toledo, señor de Mejorada y portero mayor de Enrique II de Castilla, que en 1353 legó a uno de sus hijos«.

Entrada al Corral de don Diego

«Mercado de las bestias» es el significado árabe de la plaza más famosa de Toledo. sūq ad-dawābb es lo que hoy en día pronunciamos como Zocodover. A lo largo de su historia es testigo de mercadillos, ejecuciones públicas, compra-venta de animales de tiro, corridas de toros, procesiones de Semana Santa y un largo etcétera.

Volvemos a recuperar el nombre de Juan de Herrera, pues este arquitecto también participa en la configuración del centro neurálgico toledano. Otros nombres de prestigio que podemos relacionar con la plaza por evocarla en sus obras son Cervantes, Bécquer, Tirso de Molina, Garcilaso, Lope de Vega, Galdós…

Como ciudad de las tres culturas ya estábamos tardando en saca a relucir la parte judía de Toledo. Esta sinagoga medieval se encuentra en lo que era la judería de la ciudad, alberga el Museo Sefardí y es una de las mejores conservadas. Es muy curioso cómo por fuera se observa un edificio bastante austero en contrapunto con la riqueza ornamental y decorativa de su interior.

Si lo recordáis del cole, los Reyes Católicos expulsaron a los judíos en 1492. En consecuencia, un edificio tan rico como este lo dieron a las órdenes de Calatrava y de Alcántara, quienes hicieron de ello iglesia, archivo, y cementerio de caballeros. También fue un barracón de guerra durante la época napoleónica. La verdad que son curiosos los usos que se le dieron, recordemos que hoy en día es el Museo Sefardí.

50 metros de altura hacen que sus torres aparenten abalanzarse sobre uno. Me dio la impresión de ser un edificio inmenso para el reducido espacio en que se encuentra, y eso que delante tiene una plaza. Por lo visto, se puede subir a sus torres y tener unas vistas de Toledo espectaculares. A mí me encantaría subir, me gusta verlo todo desde las alturas, aunque ya tenga que poner gafas.

No sé si lo sabíais, pero el patrón de Toledo es San Ildefonso y he aquí su iglesia. En el siglo XVI, ante la afluencia de fieles y de alumnos, los jesuitas deciden ampliar sus dependencias. De ahí que el conde de Orgaz les dé el chivatazo de que pone en venta algunas de sus posesiones. A pesar de lo «previsores» que son con esa jugada, gastan todo el dinero en los solares. Finalmente, pueden comenzar las obras gracias a la fortuna aportada por un caballero de Alcántara y una dama de la reina Isabel de Valois.

El Tajo encierra mucha historia en su curso permanente de agua y no iba a ser para menos a su paso por Toledo. Si os fijáis, a la izquierda de la imagen, se pueden apreciar unas ruinas. Yo pensaba que eran restos de un antiguo puente, pero no, son los Molinos del Daican.

Como no podía ser de otra manera, estamos en Castilla-La Mancha y hay que hablar de molinos. Los toledanos aprovecharon la fuerza del río para promocionar su industria, aunque a medida que las energías combustibles se fueron abriendo paso, los molinos cayeron en desuso y, año tras año, van hundiéndose un poco más.

Me parece increíble que estemos ante unas ruinas históricas del siglo XII, las cuales estuvieron un mínimo de 500 años moliendo grano, y que se dejen desaparecer de semejante manera.

En la parte izquierda del río se ven los bloques de las ruinas.

Una de las vistas más preciosas de Toledo es desde el Mirador del Hospital Virgen del Valle. Puedes ver la ciudad con perspectiva y a la vez te tiene completamente atrapado entre sus formas. No importa que lo hagas de día que de noche, salir un momento de la ciudad para poder apreciarla en todo su esplendor es un privilegio.

Vista nocturna de Toledo desde el Mirador del Hospital Virgen del Valle.

La toponimia nos da pistas acerca del lugar que estamos nombrando, en este caso intuimos que los arbustos cambrones eran la vegetación que abundaba alrededor de la entrada a la judería de Toledo, la Puerta del Cambrón.

El estilo renacentista vuelve a hacer acto de presencia y las líneas arquitectónicas de este robusto edificio albergan también restos musulmanes y visigodos, pudiendo concluir de estos datos que este acceso a Toledo fue clave a lo largo de la historia de la ciudad.

Llama mucho la atención estar paseando por las calles de Toledo y ver un pasaje elevado comunicando dos edificios. Se trata de un acceso entre el primitivo edificio del Colegio de Doncellas y otro que se adquirió para su ampliación.

Si os fijáis, la fachada principal tiene dos portadas. La explicación es que una da acceso a la iglesia y la otra al colegio. Como dato curioso, esta institución educativa se convirtió en el siglo XVI en uno de los mejores colegios de Europa y, además, acercó a las clases más bajas el acceso a la educación.

En la Ciudad Imperial tendremos que sacar un huequito para la nobleza, que ya lo hubo para las tres culturas, para las órdenes religiosas, para los molinos, para los paisajes…

Esta noble residencia tuvo diferentes usos. Fue hogar de los condes de Fuensalida, cuartel de batallón, almacén de maderas… Hoy en día alberga la sede de la Presidencia de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.

Entre sus muros murió la reina Isabel de Portugal dando a luz al séptimo hijo del emperador Carlos I. Esos muros se caracterizan por aunar estilo gótico, plateresco y mudéjar, siendo uno de los grandes exponentes del arte mudéjar en este país.

Me hace mucha gracia que se grabó una película titulada El Greco allá por los años 60 con actores de Hollywood y la monda lironda. Cuando se estrenó, no obtuvo el éxito que pensaban que iba a tener. Como tantas otras cosas en esta vida.

Entrada al Palacio de Fuensalida

Puerta de la Almofala o «puerta del vado», que es lo que su nombre quiere decir en árabe, al-mahadat, pues desde este lugar se controlaba la defensa de Toledo por la parte del vado del río.

Como curiosidad, este trozo de muralla fue utilizado como vivienda. Para ello se tapiaron los huecos de las puertas (los vanos) y su interior se aprovechó. Aunque hoy en día podemos volver a verlo descubierto y se aprecia una muralla muy cuidada.

Torre de la Almofala

Llegó el turno de los buenos alimentos y madre mía qué rico que está el mazapán toledano. Es todo un clásico contemplar en los escaparates de sus pastelerías y confiterías verdaderas filigranas realizadas con este dulce. Desde figuritas que da pena comer hasta grandes bloques representativos de toda una suerte de escudos, armas o edificios.

La palabra mazapán comienza a aparecer en el siglo XIII, momento en que las incursiones almohades tienen relación con este alimento. Por aquellos años, la población se encontraba pasando grandes hambrunas y debido al hostigamiento almohade, muchas personas se refugiaron en Toledo. Este hecho conllevó al desabastecimiento y resolvieron mezclar lo que tenían de almendras con azúcar. No tengo yo muy claro que en aquella época el azúcar, la miel y los huevos se pudieran mezclar con las almendras para crear un alimento contundente para los toledanos, sin embargo, puede ser posible que esas almendras fueran mezcladas con otros ingredientes y que los mazapanes de antes no fuesen como los conocemos hoy en día.

¿Vosotros sabéis algo más sobre los orígenes del mazapán?


Como se puede ver, nos queda un mundo por descubrir en la Ciudad Imperial. Iglesia de Santo Tomé, las puertas del Sol, de Alfonso VI y de Bisagra, coger más anguilas de mazapán, subir a la biblioteca del Alcázar o visitar su Museo del Ejército, el Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda, mezquitas, sinagogas, callejear mucho más, más tiendas de recuerdos y décimos de Navidad, las Cuevas de Hércules, el Museo del Greco, el Palacio Arzobispal, Monasterio de Santa Clara o San Juan de los Reyes entre muchos otros… Espero que, aunque por separado, en los venideros cumpleaños se nos dé a los dos la oportunidad de visitar y disfrutar de Toletum en condiciones.

Un abrazo muy fuerte, Rrrubén-cumpleañero.

¡¡Somos invencibles e increíbles!!

Albacete es más que el Pasaje Lodares

Como ya viene siendo tradición durante los últimos años en este blog, el día de mi cumpleaños tengo que compartir con vosotros los encantos de la ciudad en la que me encuentro viviendo. Este 2021 le toca a Albacete, Castilla-La Mancha, España.

Parece que en la capital albaceteña lo único que tiene fama de visitable es el Pasaje Lodares, pero aquí estoy yo para desmentirlo. Albacete es mucho más que el Pasaje Lodares.

Con todo, comencemos hablando de esta bonita joya arquitectónica que presenta Albacete.

El Pasaje Lodares es una galería comercial cubierta de estilo posmodernista. Se construye en 1925 inspirándose en las galerías italianas de la misma época. En su momento, yo hablé en este blog de los passages parisinos y, la verdad, que entrar en este rinconcito de Albacete me transporta un poquito a la Ciudad de las Luces.

Al igual que muchos de los pasajes modernistas de París, Milán o Nápoles, se encuentra cubierto con un tragaluz, el cual permite que entre la claridad del día, siendo los pisos superiores residenciales y, el bajo, la parte comercial. En este momento, junto a las galerías de Valladolid y de Zaragoza, Pasaje Gutiérrez y Pasaje del Ciclón, respectivamente, es el tercer pasaje modernista que se conserva en España. De hecho, es declarado Bien de Interés Cultural en 1996.

Respecto a las dos monumentales entradas que presenta, ambas se encuentran custodiadas por puertas enrejadas de hierro, en cuya parte superior se pueden apreciar las iniciales de Gabriel Lodares, hombre que manda construir este singular espacio albaceteño. Ya en el interior, diversas figuras alegóricas decoran la estancia, siendo múltiples de las mismas las que encarnan a Mercurio, dios del Comercio.

Como ya dice el título de este escrito, Albacete es más que el Pasaje Lodares, y es que tenemos otro pasaje menos conocido llamado Pasaje Massó. Se encuentra en el centro de la ciudad y está decorado con un mural muy colorido.

Ramón Casas Massó fue un importante arquitecto albaceteño de los siglos XIX y XX, cuyos trabajos los podemos seguir contemplando en la edificación del Hospital General Universitario de Albacete, para el cual se inspiró en el Hospital Militar de Madrid y en el de Eppendorff de Hamburgo. También son obra suya el Casino Primitivo de Albacete, la Casa de Maternidad o el edificio de la Caja de Castilla-La Mancha.

Hospital Universitario de Albacete

Otro de los puntos fuertes del Albacete es su catedral. Catedral de San Juan Bautista de Albacete. Desde el mudéjar hasta el reciente siglo XX, cuatro siglos de historia nos encontramos entre sus paredes de piedra. Gótico, Barroco, Rococó, Renacimiento, Manierismo… Altamente profusa es la mezcla de estilos en este templo.

Como toda gran construcción que se precie, no pueden faltar los datos curiosos sobre la misma. Las columnas que podemos contemplar ahora son renacentistas, sin embargo, en sus comienzos fueron góticas. El cambio de las columnas góticas por las actuales produjo el desplome de las bóvedas, así que permaneció sin techumbre desde 1538 hasta 1690.

Para colmo, el dinero destinado a las obras había sido invertido por completo en la sacristía. Ya más adelante, durante la Guerra Civil, la catedral es sometida a otro tipo de saqueos, no sólo monetarios. Es en este momento se termina su fachada tal como la podemos contemplar hoy en día. Una pena que para ello tuvieran que prescindir de su parte mudéjar.

La Casa de Hortelano, que no «del Hortelano», alberga el Museo Municipal de la Cuchillería. Como muchos de vosotros sabéis, Albacete destaca por sus famosas navajas. Ya sabéis, si alguien os regala una navaja de Albacete, tenéis que darle de vuelta al menos un céntimo, en su día una peseta, pues así será la forma en la que perdure en el tiempo vuestra amistad.

En todo Europa sólo encontramos tres museos dedicados a la cuchillería, así que hay que aprovechar esta oportunidad que nos presenta Albacete. La Casa de Hortelano no sólo nos va a ofrecer una parte cortante, sino que en su estructura podemos disfrutar de las vistas de un edificio modernista, cuya iluminación nocturna me recuerda a la Mansión de Casper. Lo siento, los recuerdos no son controlables, ja, ja, ja.

El Museo de Albacete dedica nueve de sus salas a la arqueología de la provincia. Es altamente rico en elementos íberos, visigodos e islámicos encontrados en santuarios, necrópolis o restos de poblados de los mismos… A su vez, la parte romana despunta con los grandes mosaicos que podemos encontrar en sus suelos y paredes. La parte griega se hace patente con la colección numismática custodiada en diversas vitrinas.

Entre las piezas más destacables, encontramos la Bicha de Balazote (copia), el Caballero Número 1 o la Cruz de Término de Albacete.

Estamos en una época donde la cultura del reaprovechamiento se encuentra en boga, y no iba a ser menos para las infraestructuras ya existentes en Albacete. Los depósitos de agua son reaprovechados y en este momento constituyen una preciosa biblioteca, Depósitos del Sol.

En su momento, en 1921, se construyeron en la zona más alta de la ciudad para garantizar el abastecimiento de agua a los vecinos de Albacete. Con el paso de los años, ya no fueron necesarios y cayeron en desuso. Sin embargo, las ruinas del complejo fueron levantadas y reacondicionadas para dar cobijo a los miles de libros que constituyen la Biblioteca Municipal de los Depósitos del Sol.

Una de las cosas que más llama la atención a la gente que visita Oviedo es la ingente cantidad de estatuas que podemos encontrar en sus calles. Así que, como buena carbayona que soy, yo también quería encontrar estatuas en la capital albaceteña. Me quedo con la de Isabel de Portugal, Señora de Albacete. Vivió de 1503 a 1539 y fue, nada más y nada menos, que la esposa y Emperatriz de Carlos I de España y V de Alemania (léase con la cantinela con que lo aprendíamos en el colegio, ja, ja, ja).

En 1526, Carlos V concedió a Isabel de Portugal el señorío de la Villa de Albacete a raíz de su matrimonio. (El típico regalo de bodas, toma, tengo tierras. Todas tuyas, que me sobran.) La estatua que nos encontramos presidiendo la Plaza de la Constitución es una reproducción de la que encargó el Emperador al escultor Leone Pompeo Leoni en 1564.

Más estatuas os traigo. No me podía resistir. Aquí tenemos la gran Dama Oferente del Cerro de los Santos. La original se encuentra en el Museo Arqueológico Nacional desde el siglo XIX, sin embargo, entre la Catedral, el Ayuntamiento nuevo y la Casa de Hortelano, podemos disfrutar de una réplica de esta estatua.

Vuelve a aparecernos el agua en Albacete, pues esta mujer esculpida ofrece un vaso con agua de propiedades terapéuticas. Sus réplicas viajaron por muchas partes del mundo e inspiraron a numerosos artistas, pues estuvo en las expos universales de Viena y de París, 1873 y 1878 respectivamente, y hasta Picasso creó su Dama Oferente.

Declarada monumento histórico-artístico de carácter nacional, la Posada Rosario se encuentra en la Calle del Tinte. Su edificación data del siglo XVI, lo que la hace una construcción renacentista. Probablemente, su origen fue una residencia de algún hidalgo sito en Albacete, allá por el XVI. Hoy en día, podemos disfrutar en su interior de una tranquila y bonita sala de estudios.

Si rodeamos la Posada Rosario, encontraremos en una de su fachada principal la llamada Casa de los Picos. Tal y como indica una placa en su pared, la casa-palacio perteneció a los Condes de Villaleal. Una suerte que hoy en día podamos disfrutar de lo poquito que se conservó.

Como ya comentamos más arriba, son varios los edificios modernistas que encontramos a lo largo de la capital de Albacete. Uno de ellos es el Gran Hotel, cuya fachada más bien presenta un estilo eclético, donde apreciamos la combinación de los estilos renacentista, gótico, plateresco y barroco. En este edificio cabe destacar que marca un antes y un después en el campo del turismo y de la industria hotelera en Albacete, pues se comienza a tantear el turismo de lujo. Si os acordáis, hablábamos más arriba de Gabriel Lodares, pues fue él quien lo promovió y, desde sus inicios hasta hoy en día, siempre ha mantenido su rango de hotel.

Más modernismo en Albacete es apreciable en la Fábrica de Harinas. Se trata de un palacio gubernamental modernista, cuya primera función fue erigirse para dar alimento a los contendientes de la Primera Guerra Mundial. Son ingenieros suizos quienes la idean siguiendo el modelo europeo para la industria de principios del siglo XX. Es decir, que además de la fábrica, también estaban las viviendas de los trabajadores, los almacenes, los muelles o los talleres. La mayoría de la harina que producía, unos 150.000kg diarios, era exportada al extranjero.

Finalmente, en 1990 el Ayuntamiento de Albacete la adquiere y le pretende dar un uso público. Volvemos a encontrar ese reaprovechamiento de infraestructuras del que ya hablamos con los Depósitos del Sol. Hoy en día, alberga la Consejería de Hacienda y Administraciones Públicas de Castilla-La Mancha.

Si pensabais que tocaba más modernismo, pues no, ahora os traigo la Casa Perona, de estilo rococó del XVIII. Es un palacete señorial que presenta en su fachada varios escudos. Entre las personalidades que entraron de puertas adentro, se encuentra el rey José I Bonaparte, quien, en su huida de España, camino de Valencia, hizo noche en este palacio albaceteño. Además, también pernoctó en sus habitaciones la reina Isabel II. No es moco de pavo la «clientela» del palacio en cuestión.

Ahora sí, volvemos al modernismo con el Colegio Notarial de Albacete. Es muy simbólico que en su parte alta se encuentre una estatua de la Fe en representación de la fe pública. En su momento, este colegio notarial agrupaba los territorios de provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca y Región de Murcia. Sin embargo, hoy en día, es el nuevo Colegio Notarial de Castilla-La Mancha.

Otro palacete modernista lo encontramos en el llamado Casa o Chalet de Fontecha. Es un claro ejemplo de la típica casa residencial burguesa del siglo XX. Al igual que en otras ciudades es difícil encontrar arquitectura civil, en el caso de Albacete está muy bien poder observar este tipo de construcciones. Además, ésta es declarada en 2014 Bien de Interés Patrimonial

La parte más representativa del skyline albaceteño son los depósitos de agua del Parque de la Fiesta del Árbol. Con 69 metros de altura es, nada más y nada menos, que el edificio más alto de todo Castilla-La Mancha. Se ve desde todo Albacete y más allá.

Si los Depósitos del Sol se construyeron en 1921, entre 1944 y 1947 se edifica este otro ante la necesidad de almacenar agua en Albacete. Se rumorea por ahí un reventón de tuberías, pero esta vez la ficción no supera la realidad y lo que pasó es mucho mucho más tranquilito. Simplemente, nunca se llegó a hacer uso de ellos.

Volvemos a tener un ejemplo de reaprovechamiento de depósitos de agua, pues se está preparando todo para que, próximamente, la Fiesta del Árbol sea mirador de la ciudad, restaurante y centro de interpretación del agua.

Vamos a rescatar un poquito la nostalgia y nos volcamos en las reminiscencias del pasado como con este almacén de vinos. Se conserva su fachada, recordándonos que todavía están muy presentes los trabajos y negocios tradicionales. Hoy en día es un restaurante muy bonito, pero ahí conserva su cartel antiguo, transportándonos al pasado.

Vamos con más agua en Albacete. Tras el trasvase Tajo-Segura, el Canal de María Cristina es la obra de ingeniería hidráulica de mayor envergadura de Albacete. Popularmente conocido como Río de la Mierda, ya en el siglo XIV el infante don Juan Manuel (el del Conde Lucanor) promovió un sistema de acequias con las que se aprovechase el agua.

En el siglo XVIII el conde de Floridablanca tuvo las buenas intenciones de hacer lo mismo, pero eso, que se quedó todo en la buena intención.

Es en el siglo XIX cuando el conde de Villaleal, ya hablamos de él con su Posada del Rosario, le toca la fibra sensible al monarca Carlos IV enseñándole el estado de las aguas albaceteñas. Tras la Guerra de la Independencia, es la reina María Cristina quien da el último empujón al proyecto, de ahí el nombre en su honor.

Cómo no, un poquito de fiesta en España nunca está de menos. Vamos allá con el Recinto Ferial de Albacete. Archiconocida es su feria, la cual es declarada de Interés Turístico Internacional. Ésta se desarrolla en el Redondel, plaza circular porticada a la que va a dar el Rabo de la Sartén, la avenida de acceso. Si os dicen de quedar en el Pincho de la Feria, no rechacéis la oferta, tenéis diversión asegurada.

El origen de esta festividad, que se acaba ligando a la patrona Virgen de los Llanos, procede de la concesión del privilegio de Felipe V de poder realizar una feria franca anual en el XVIII, aunque los albaceteños son muchísmo mucho de Albacete y ya la venían celebrando desde el siglo XIII.

De ayuntamientos va a ir ahora la cosa. A falta de uno, tenemos dos en Albacete, el viejo y el nuevo.

La antigua casa consistorial es la Casa Cortés, palacio ecléctico que hoy en día es el Museo Municipal y el Museo Internacional de Arte Popular del Mundo. Se llama Casa Cortés porque su propietario del siglo XVIII fue Manuel Cortés Alonso.

Respecto al nuevo ayuntamiento, comparte con el viejo el gran reloj en su fachada principal. Para llegar a este edificio construido con piedras de Salamanca, tenemos que pasar primero por cuatro sedes previas de la casa consistorial albaceteña.

Las Salas Capitulares de Santa María de la Estrella se encontraban en la céntrica Villacerrada con sus salas municipales, las cuales fueron derruidas en el XIX. El primer traslado del Ayuntamiento se produce a la Casa de la Lonja, luego ya pasa a la recién comentada Casa Cortés y, finalmente, por falta de espacio, tenemos la Casa Consistorial que conocemos hoy en día.

Yo no sé si es que aquí todo es llano, en honor a ello Nuestra Señora la Virgen de los Llanos, pero a mí siempre me llama la atención una iglesia que despunta de entre todos los edificios que la rodean. Por fin me enteré de que se llama Iglesia de Fátima y yo también la añadiría al skyline albaceteño. En el siglo XX se construyó en el extrarradio de este barrio obrero, sin embargo, con el crecimiento de la ciudad, ya se encuentra totalmente integrada en la misma.

Seguimos paseando por Albacete y ahora nos toca ir al cole. Las Escuelas Pías o los Escolapios están en un edificio neoclásico cuya fachada hace las delicias del caminante. Os dejo una foto para que lo disfrutéis igual que yo.

Nos hacemos mayores y nos toca promocionar al instituto. Otro edificio emblemático de la ciudad es el Instituto Bachiller Sabuco, pues es declarado «instituto histórico». Desde 1840 hasta 1960 fue el único centro de enseñanza secundaria de Albacete. La parte bélica del edificio viene de la mano de las Brigadas Internacionales, pues fue cuartel general de las mismas durante la Guerra Civil, además de sede de los tribunales populares o lugar de ajusticiamiento.

Un poco de salud a estas alturas de la lectura no nos viene nada mal. El Sanatorio Arturo Cortés Ortiz es actualmente el edificio de la Subdelegación de Defensa. Arturo Cortés fue el primer gobernador republicano de Albacete además de médico, así que mandó construir este sanatorio. Más tarde, se transforma en un centro de reclutamiento del servicio militar obligatorio, la mili de toda la vida, y también en gobierno militar.

Al lado de la Subdelegación de Defensa encontramos el edificio de la Caja de Castilla-La Mancha. Ideado por el ya mencionado Ramón Casas Massó, inicialmente es un edificio que alberga multitud de viviendas. Más tarde, se mantiene únicamente la fachada para albergar la entidad financiera actual.

En esta misma Plaza de Gabriel Lodares donde encontramos los dos anteriores edificios, podemos contemplar también la Casa de Amalia Jiménez de Córdoba o la Casa de Archillas. Se trata de un palacete modernista cuya portada presenta un estilo barroco. Además, es un edificio con una torre.

Por último, vamos a darle al juego con el Casino Primitivo de Albacete. Era necesario cerrar esta publicación con otro edificio modernista de principios de siglo XX. Su interior se caracteriza por toda una serie de salas con alto grado de lujo a imitación de los salones palaciegos. Actualmente, además de centro cultural, te puedes relajar tomando un café en su cafetería.

Estoy segura de que Albacete tiene muchos más rincones y mucha más historia por descubrir. Mientras, yo intentaré seguir investigando la ciudad y os la intentaré mostrar de la mejor manera en que pueda. Espero que os haya gustado y que os haya entrado el gusanillo de visitar Albacete.

Babieca, caballo del Cid Campeador

Dentro del imaginario colectivo español tenemos a un personaje histórico-literario por excelencia, el Cid Campeador, quien iba acompañado por su caballo Babieca.

Burgos, como buena tierra por la que pasa este caballero medieval castellano, muestra en sus calles y museos multitud de representaciones de Rodrigo Díaz de Vivar con su corcel y, la casualidad ha querido que el equino presente atributos masculinos cuando, en verdad, Babieca es una yegua.

Una vez que ya tenemos aclarada la base, parece ser que Babieca fue una yegua de capa torda que el Cid ganó al mismísimo Rey de Sevilla. Aunque para mí, lo que se nos queda a los alumnos cuando estudiamos al Cid en el instituto es la historia de que, una vez que fallece el Campeador, este sigue ganando batallas a lomos de Babieca porque a alguien, se presume que a su mujer doña Jimena, se le ocurre sujetarlo a la montura y echar al caballo a galopar por ahí, aumentando así la moral de las tropas castellanas y atemorizando a las musulmanas.

Si ya dijimos que El Vizir, el caballo de Napoleón, murió a la excelente edad de 30 años, más increíble es lo de Babieca, que muere a los 40 años. De hecho, una vez que muere su amo, no volvió a ser montada por nadie más, dando así más grandeza a toda la historia que rodea al caballero de Vivar.

No sería del todo lícito afirmar que los restos del animal se encuentran a las afueras del Monasterio de San Pedro de Cardeña, justo donde nosotros encontramos un monolito en un viaje que hicimos a Burgos en 2015. ¿Por qué no hay que creerlo del todo? Porque en 1949 el duque de Alba financia unas excavaciones en la zona en las que no se obtienen resultados al respecto.

Claustro del Monasterio de San Pedro de Cardeña

Para finalizar este texto y, de paso, cerrar el agitado año 2020, os transcribo lo que pone en el monolito que señala la supuesta ubicación de los restos de Babieca a las afueras del Monasterio de San Pedro de Cardeña.

Rey, yo vos dono a Babieca
mi caballo corredor.
Entonces respondió el Rey:
eso no quita que yo,
si yo lo tomo el caballo,
no tendrá tan buen señor.
Tal caballo como aqueste
es para tal como vos,
para vencer a los moros
y ser su perseguidor.
Por vos y por el caballo
bien honrados somos nos.

10 encantos en Guadalajara ciudad

Como no podía ser menos, el 10 de agosto había que dedicar la publicación del blog a Nieves-compi, también conocida como Mari Juli. Así que nos adentramos en las calles de la ciudad de esta mujer para descubrir bellos rincones de Guadalajara.

Los destrozos de la Guerra Civil y su proximidad a Madrid hacen de esta ciudad castellano-manchega un enclave que pasa desapercibido para mucha gente. Pero aquí estamos para dar la vuelta a la tortilla presentándoos 10 bonitos encantos de Guadalajara por donde podéis distraeros dando un paseo.

1- Palacio del Infantado

Es la joya de Guadalajara con esa fachada inconfundible llena de puntas de diamante, mitad palacio mitad fortaleza.

Se trata de un palacio renacentista español cuya autoría responde al nombre de Juan Guas. Lo ordena levantar sobre las antiguas casas de la familia Mendoza el segundo duque del Infantado, Íñigo López de Mendoza, quien en el siglo XV tenía el honor de conformar una de las familias más importantes de la nobleza española: la casa de los Mendoza.

A finales del siglo XVI, el palacio es sometido a una reforma durante el señorío del quinto duque del Infantado, gracias a quien son introducidos los elementos renacentistas que tanto caracterizan esta obra civil. Aunque no hay que olvidar que sus orígenes son gótico isabelinos.

Es curiosa su portada, pues esta va acumulando los distintos emblemas de la familia según se van sucediendo los diferentes duques del Infantado con un gran escudo de armas sujetado por dos colosos. Además, no debemos olvidar que se inspira en los palacios mudéjares del siglo XIV, por ello encontramos diferentes elementos mudéjares en la decoración palaciega.

En el siglo XIX la propiedad del palacio la comparten la propia casa ducal y el Ayuntamiento, quienes finalmente lo ceden al Ministerio de Guerra para ser utilizado como colegio para huérfanas de militares.

A principios del siglo XX lo devasta un incendio tras el cual, en los años 60, es restaurado, dejándolo tal y como lo vemos hoy en día, siendo un edificio público que alberga entre sus paredes el Museo Provincial de Guadalajara y el Archivo Histórico Provincial.

Si entramos en su interior, quedaremos fascinados con el Patio de los Leones, el cual presenta dos alturas. En la galería inferior predominan las representaciones de leones enfrentados, en la superior, los grifos y seres mitológicos hacen las delicias del visitante.

Como anécdota, los reyes Felipe II e Isabel de Valois y Felipe V e Isabel de Farnesio eligieron este palacio para celebrar sus bodas.

2- Concatedral de Santa María de la Fuente la Mayor

Edificada sobre una antigua mezquita, los orígenes de este conjunto catedralicio se remontan al siglo XIII, sin embargo, no es hasta 1959 que adquiere su estatus de concatedral.

Se la tiene como una de las catedrales más singulares de España debido a su marcado estilo mudéjar, el cual se plasma principalmente en los materiales de construcción del templo, mampostería recubierta de ladrillo, o en las portadas exteriores. Su esbelta torre funciona como campanario y recuerda a un alminar árabe aunque con elementos románicos. La galería que rodea el templo es del singular estilo renacentista alcarreño del siglo XVI.

3- Puerta de Bejanque

Guadalajara contaba, nada más y nada menos, que con cinco puertas de acceso a la ciudad, siendo la Puerta de Bejanque una de las más importantes. Sus orígenes datan del siglo IX y constituye una parte de la muralla, el baluarte, que nos permite hacernos a la idea de la monumentalidad de la misma gracias al tamaño de las piedras utilizadas para su construcción y a la altura que alcanza.

A finales del siglo XIX, lo que queda de ese baluarte, vestigio de unión de dos de las partes de la muralla, es finalmente demolido, llegando a nuestros días únicamente el arco.

4- Escultura «Un árbol, un pensamiento»

Cuatro metros de altura en forma de escalera de libros adornan la Plaza de Santo Domingo. Este es el homenaje de la ciudad de Guadalajara a los profesores por la labor docente que desempeñan. A mí me quiere parecer una alusión a Historia de una escalera del guadalajareño Buero Vallejo. Vosotros me diréis si también os lo parece…

El árbol en el que se talló la obra era un pino carrasco ya seco de 110 años cuya ubicación se encuentra al lado de la estatua del conde de Romanones, quien a principios del siglo XX se las ingenia para que los sueldos de los maestros se incluyan en los presupuestos estatales. Un gran avance social en aquellos tiempos.

5- Ayuntamiento de Guadalajara

En la Plaza Mayor encontramos este edificio que data de 1906. Presenta un estilo ecléctico que se asienta sobre el anterior edificio del siglo XVI. Para los curiosos de la heráldica, en su interior se recogen numerosos escudos y emblemas, además de las famosas Tablas de San Ginés del siglo XV del maestro de los Luna. Este artista hispano-flamenco es conocido como don Álvaro de Luna y tenía como núcleos de trabajo Madrid y Guadalajara, siendo uno de sus principales clientes la familia Mendoza.

6- Ermita de San Roque

En el entrañable Parque de San Roque se encuentra esta coqueta ermita del mismo nombre que su enclave. Data del siglo XVI y es reformada en profundidad en el XVIII. Dicha reforma básicamente consiste en el derrumbe y reedificación del edificio. Esta medida tan drástica responde a las fuertes humedades, la madera envilecida y las paredes desplomadas. En los últimos años se vuelve a rehabilitar debido a unas humedades en el tejado que estaban afectando a su estructura.

7- Panteón de la condesa de la Vega del Pozo

María Diega Desmaissières y Sevillano fue una mujer que aportó lo indecible a la ciudad de Guadalajara en los siglos XIX y XX gracias a la gran cantidad de mejoras sociales que aplicó.

La tía de la Condesa, Santa María Micaela, era una monja que le inculcó los valores de la caridad y el servicio a los más desfavorecidos al quedar huérfana cuando era bien jovencita. Su herencia la convierte en la quinta mujer más rica de España y decide gastar su fortuna en construir este monumental edificio. Aparentemente este despilfarro no guarda mucha relación con la caridad y valores de pobreza, sin embargo, esta mujer nos sorprende una vez más al mandar edificar el magnífico Panteón con el objetivo de crear trabajo para las gentes pobres de la zona. El Panteón tendría como misión, además de para guardar sus restos mortales y los de su familia, para servir de asilo a los indigentes de la ciudad.

Lo genial de esta historia es que las obras no se acababan en ningún momento porque la cuestión era que las gentes conservaran el trabajo y, atención a las condiciones. Precursora del trabajo moderno, les pagaba cuando enfermaban, al igual que les eran compensados los domingos y festivos. Algunos hoy en día tendrían que echar la vista a atrás y tomar ejemplo…

Con esta forma de actuar y de cuidar de sus gentes , la Condesa se granjeó una muy buena fama, ya que sus trabajadores la estimaban mucho al ser una eficiente defensora de sus derechos.

Después de saber esta historia, creo que es una feminista de nuestro pasado al no haberse quedado de brazos cruzados y utilizar su poder y medios para facilitar la dignidad y la calidad de vida para aquellos a quienes podía proteger.

8- Colegio Niña María de las Adoratrices

Al igual que el Panteón, este centro educativo se compone de un complejo monumental ideado bajo las órdenes del arquitecto Ricardo Velázquez Bosco y por encargo de nuestra querida Condesa.

Las líneas del conjunto de edificios toman elementos renacentistas y mudéjares que, más adelante, tendrán la función de albergar el colegio y convento de las monjas adoratrices, orden que había fundado su tía.

9- Parque de la Concordia

Este conjunto verde de la ciudad de Guadalajara es una de sus zonas más simbólicas. Es inaugurado en 1854 configurándose como el primer parque público de la ciudad. Se siguió el modelo que se taba llevando a cabo en el resto del territorio español: hasta el siglo XIX multitud de terrenos continuaban perteneciendo a la nobleza y las villas deciden crear en esos lugares espacios públicos orientados al ocio al aire libre.

El estanque de los patos es una de las zonas más relajantes donde puedes disfrutar de una buena tarde a la sombra de sus grandes árboles. Y si es acompañado de un helado, mejor que mejor.

10- Iglesia de San Ginés

Esta singular iglesia responde a la idea de tener una fachada tipo retablo y unas dimensiones bastante más extensas de las que tiene hoy en día. La falta de dineros… Ya se sabe… Finalmente la vemos así, con una gran portada custodiada por dos sólidos contrafuertes que culminan en dos espadañas. De hecho, el lugar donde se emplaza esta iglesia era el antiguo Convento de Santo Domingo, del cual no quedan restos.

Obviamente yo no conozco todo Guadalajara ciudad, sin embargo, os dejo una batería de lugares llenos de historia que podréis encontrar dando un paseo por esta tranquila ciudad: Palacio de Antonio de Mendoza y antiguo Convento de la Piedad, Palacio de la Cotilla, Capilla de Luis de Lucena, Convento de San Francisco, Convento de las Carmelitas de San José, Alcázar Real de Guadalajara, Ábside de San Gil y San Nicolás el Real, Torreón del Alamín, Puente del Henares, Torreón de Álvar Fáñez…

¡UY! ¡Se me olvidaba un último encanto de Guadalajara!

11- Mis compis

Como no podía ser de otra manera, el último encanto de Guadalajara lo dejo para dos personas geniales y que tanto me aportan, Rubén y Nieves. Extremeño y ciudadana del mundo, Guadalajara nos ha dado buenos momentos a pesar de que hay que darle a Cuenca el honor de habernos juntado en el camino. Feliz cumpleaños Nieves.

Y nos comimos Lisboa…

En 17 indispensables de Lisboa dedicaba la entrada a mis compañeros de viaje y, con esta segunda parte, quiero hacer lo mismo. Va para Nieves y para Jordi en el día del cumpleaños de este último.

Ya lo anuncié en la primera parte, lo mejor que se nos dio fue el COMER. Como efectivos del SIC (Sistema de Inteligencia Conquense) en el extranjero, asentamos nuestro centro de operaciones gastronómicas, culinarias y masticadoras en el Mercado da Ribeira.

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Puerta principal del Mercado da Ribeira

Se trata de un mercado gourmet que, desde el siglo XIX en adelante, conoció sus mejores tiempos como mercado mayorista. Fue inaugurado en 1882 y su estratégica ubicación, al lado del Tajo, le permitió posicionarse entre los mercados más potentes de Europa. Pero como todo lo que sube, baja, llegó el fin de sus días gloriosos y, tras un parón, se retoma como centro hostelero.

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Interior del Mercado da Ribeira con todos los puestos de comida gourmet y sus largas mesas para comer al estilo medieval

Allí nos hinchamos (a Jordi le parece políticamente incorrecto decir que nos pusimos como deficientes) a base de pasteles de Belem del obrador de Manteigaria. Esa maravilla de postre compuesto de pasta de hojaldre y de crema de huevo, leche y azúcar hizo las delicias de nuestro viaje. Incluso llegamos a hacer unos amigos franceses con los que, además de vino blanco, también compartimos pastelitos y buena conversación.

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Pasteles de Belem de Manteigaria. El mío es el que no lleva canela

Como era de esperar, entre las cosas más saladitas nos dimos al bacalao y a la francesinha, que es una especie de sandwich de varios tipos de carne, con mucho queso y salsa de tomate y cerveza. Todo estaba para chuparse los dedos y más allá.

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A la izquierda, lomo de bacalao. A la derecha, la francesinha. El plato de detrás, a saber qué era y de quién, porque como ya dije, se come todos juntos en modo mesas medievales

El otro sitio donde compramos pasteles de Belem fue en el propio barrio de Belem. Su nombre es Pastéis de Belém (qué ingenio) y, acabo de estar mirando en este artículo, con sólo una tienda llegan a preparar 45.000 unidades diarias en época estival y facturan unos 7 millones anuales de euros ¡¡¡¡¡sólo en pastelitos!!!!!

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Ya veis en la foto que hasta tienen un portero (to rechulón) como en las discotecas. Foto tomada por Nieves

El otro sitio donde nos atrevimos a probar los sabores de Lisboa fue en la Casa Portuguesa do Pastel de Bacalhau, donde el mar y la tierra se fusionan en una especie de croqueta de bacalao rellena de queso de Serra da Estrela (A que la frase era monísima hasta que llegasteis a la palabra croqueta. Ja, ja, ja). A Nieves no le entusiasmó mucho, sin embargo, Jordi y yo estábamos que rodábamos por las calles del Barrio de la Alfama después de habernos metido ese buñuelo entre pecho y espalda (más el de Nieves). Que por cierto, os recomiendo tener una botellita de agua a mano. Se atasca un poquito.

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Una bebida lisboeta típica es el chupito de Ginjinha. Así que allá fuimos de cabeza a tomarlo. Es un aguardiente de guindas que se sirve en un local minúsculo donde únicamente se vende este licor. La tradición impone hacer cola en la calle, el camarero te lo sirve en un vaso de chupito de plástico y te lo tomas fuera, porque ya os digo, el local es liliputiense y se llama A Ginjinha.

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Menos típico y, sin embargo, no menos rico, fueron los desayunos que nos jincamos pal cuerpo serrano para resistir el turisteo. Por otro lado, el máximum de las meriendas fue para la que nos tomamos en el LXFactory en la cafetería Chocolate Landeau. Una de las mejores tartas de chocolate del mundo acompañada de una taza de chocolate (para ir al baño bien, sí señor). Madre mía qué rico. Utilizan uno de los mejores chocolates para su fabricación, chocolate de Valrhona, y la verdad que se nota.


Para bajar toda la panzada que nos acabamos de meter, quería aludir a la excursión que hicimos a Sintra para ver dos de sus palacios, el Palacio da Pena y la Quinta da Regaleira. Así ya quedaría escrito todo nuestro viaje a Lisboa entre la primera parte y esta segunda que estamos leyendo ahora.

Palacio da Pena

La pena fue que había una bruma terrible y no se veía nada del paisaje precioso que tenía que enmarcar esa carretera que no paraba de serpentear curva tras curva para ascender por el bosque hasta el palacio. Era tal la humedad que había, que se metía por las estancias del palacio. Así que no pudimos apreciar casi nada de este palacio romántico del siglo XIX, morada de la monarquía lusa.

Eso sí, ante el mal tiempo buena cara. Nos atrincheramos con un montón de guiris en la tienda de recuerdos. Y como buenos efectivos del SIC en el extranjero y seres que vamos dando el cante por ahí, hicimos las delicias de la tienda de souvenirs llevando a cabo un buen combate con escudos y espadas.

Quinta da Regaleira

Una vez llegados a este otro palacio de Sintra, parece que el tiempo nos dio un poco de tregua y pudimos pasear ampliamente por sus jardines.

Nuestro objetivo era llegar al famoso pozo iniciático y, cómo no, por el camino hicimos mil fotos de postureo. (Bueno, yo unas cinco, Jordi y Nieves acapararon las 995 restantes. Ja, ja, ja.)

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Cámara en mano, nos dispusimos a atravesar aquellos jardines. Para los agentes del SIC, la «Misión: Pozo iniciático» no debía de plantear ninguna complicación. Sin embargo, el destino no lo quiso así. Atravesamos vallejetes y colinas, caminos empedrados y de tierra, arbustos y escaleras, trepamos torres y fuentes y nos adentramos en grutas y cuevas, todo ello sin parar de ascender ni de visualizar mentalmente nuestro objetivo: el puto pozo. Porque sí, a estas alturas de recorrido el pozo ya daba un pol culo del demonio.

Sudados, mojados, llenos de comida y con mil fotos a la espalda, llegamos al pozo iniciático. Una auténtica maravilla. Se dice que en él hicieron de las suyas tanto masones como templarios. Sus nueve pisos en modo de torre invertida te adentran al interior de la tierra como si estuvieses recorriendo los nueve círculos del Infierno de la Divina Comedia de Dante (aprovecho para deciros que con que os leáis el Infierno, suficiente. La parte del Purgatorio es aburridilla y la del Cielo no tiene ninguna chicha).

 

Una vez que llegamos al fondo de pozo, habíamos de atravesar oscuros túneles para alcanzar la luz. Y, en esas estábamos, cuando sufrimos la baja temporal de nuestro agente del SIC Nieves. Mientras ella veía orientales caer al agua, los agentes restantes del SIC continuamos adentrándonos por los túneles para acabar saliendo a un espacio precioso con su estanque, su cascada, sus hojitas en el agua y sus rocas escarpadas.

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La verdad que es un entorno maravilloso que da para perderse en él un día entero de lo bonito que es. Y, además, que lo pasamos pipa.


Acordé con Nieves que por el cumple de Jordi, (holi, Jordi), le regalábamos nuestro mejor momento del viaje en nuestros respectivos blogs. Podéis leer lo que escribió ella sobre nuestro viaje a Lisboa en Los rincones que ven mis ojos.

Ya sabéis que me emocioné toda cuando fuimos al punto más occidental de Europa, al Cabo da Roca. Y sigo flipando por haber estado allí. Es que no todo el mundo puede decir que ha estado a la izquierda total del continente europeo. Me parece algo aluciflipante.

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Llegamos de noche, llovía, hacía un viento del carallo… Nos empapamos. Estábamos cansados de todo el día trotando. La vuelta en el bus la pasé con la cabeza entre las piernas de Jordi mientras sostenía su clepto-profiláctico-chubasquero-plastiquero como pseudo-bolsa-de-vomitonas. Como agentes altamente cultivados en temas aleatorios, me contasteis historias de las 13 rosas y de a saber qué más para que me distrajera del mareo que llevaba. Y la de Juana la Loca me la contasteis tan sumamente mal que, cuando recuperé chicha, sin sacar la cabeza de entre las piernas de Jordi, os la reconté yo. Pero de verdad, aunque parecíamos salidos de una auténtica batalla campal al acabar el día, este fue un momento genial del viaje, quitando la parte del drama que nos caracteriza a las féminas del SIC.

Feliz cumpleaños Jordi. Y Nieves, gracias por hacer de un momento normal un capítulo más de Todo le pasa a mi Mari Juli. Somos protas contigo.

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Efectivos del SIC en el extranjero rodando un capítulo de Todo le pasa a mi Mari Juli.

 

 

17 indispensables de Lisboa

Para mí, las ciudades destilan muchos tipos de energía que invitan a sentirlas de un modo u otro.

Madrid me parece una ciudad para la amistad, París una ciudad para la introspección, Roma para recrearse en la cultura y el conocimiento y, si seguimos hablando de capitales europeas, Lisboa me pareció una ciudad para el amor.

Esta entrada se me hizo un poco larga, así que nuestro viaje a Lisboa lo voy a dividir en esta publicación dedicada a los lugares que visitamos y, la siguiente versará sobre toda la comidita que probamos, más Sintra, el Palacio da Pena y la Quinta da Regaleira. Que, sinceramente, fue lo que mejor se nos dio, COMER.

Dedicado a mis compañeros de viaje en Lisboa. Un fuerte abrazo compis, espero que os guste.

  1. El Pelourinho

En la amplia y espaciosa plaza del ayuntamiento lisboeta se encuentra esta singular picota. Se trata de una espiral de cinco ramas hecha en un único bloque de piedra que data del siglo XVIII.

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El Ayuntamiento de Lisboa, su bonita plaza y el Pelourinho

 

2. Praça do Comércio

Es la plaza más grande de Lisboa. Tres de sus lados están ocupados por grandes edificios que, además, son aportalados. La parte libre da al Tajo o al mar, según se quiera ver.

La estatua que se yergue en medio de la plaza encarna al rey José I de Portugal. Se trata de una representación ecuestre fundida en el siglo XVIII en una sola pieza de bronce. Además, se levanta 14 metros sobre el suelo y las imágenes que pueblan su pedestal aluden a la reconstrucción de Lisboa tras sufrir un duro terremoto en 1755. (Ya veremos que este terremoto marcará la historia de múltiples edificios de la ciudad).

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Estatua ecuestre del rey José I de Portugal en la Plaza del Comercio de Lisboa

El arco central de esta plaza es lo que se llama un arco triunfal. En este de la Praça do Comércio se comienza a construir en 1755, sin embargo, no es hasta 1873 cuando se finaliza su construcción definitiva. En su estructura se quiso personificar la Gloria coronando al Genio y al Valor. También aparecen en forma de alegoría humana el Duero, el Tajo y varios conquistadores o descubridores como Vasco da Gama o Nuno Alvares.

En esta plaza tiene lugar la famosa Revolución de los Claveles. El 25 de abril de 1974 se produce un levantamiento militar sin derramamiento de sangre, pasando con este acto a ser un estado democrático y de derecho nuestro vecino Portugal. Se le puede llamar la revolución de la música, pues la señal para que las tropas se prepararan fue la emisión en la radio de la canción E depois do adeus de Paulo de Carvalho. Había una segunda señal con la que los militares tenían que ocupar las posiciones estratégicas del país, y esa señal fue la canción prohibida por el régimen Grândola, Vila Morena, una canción revolucionaria de José Afonso. La flor de la temporada en ese momento en Lisboa era el clavel, así que en la madrugada del 25 de abril, los lisboetas salieron a las calles portando claveles en sus manos y derrocando así el régimen dictatorial.

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3. Praça dom Pedro IV o del Rocio o Rossio

En su centro se eleva la escultura que da nombre a la plaza, don Pedro IV, y es una de las más altas de Lisboa, 27 metros de altura. El pedestal y la columna son de mármol y la estatua es de bronce.

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Su parte inferior evoca a la Justicia, la Fuerza, la Prudencia y la Templanza. Los escudos que se ven responden a las 16 ciudades más relevantes de Portugal. También hay una fuente preciosa y al otro lado se encuentra el Teatro Nacional Almeida Garrett.

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4. Teatro Nacional Almeida Garrett

Se construyó en el siglo XIX en la Praça dom Pedro IV y sus seis columnas monumentales pertenecían a la Iglesia de San Francisco da Cidade. Las estatuas que coronan el frontón y su tímpano son Gil Vicente, Talía, Melpómene, Apolo y las musas y algunos dramaturgos. También tiene esculpidas las cuatro fases del día.

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5. Estación Central del Rossio

Esta estación también se encuentra en la Plaza dom Pedro IV y de ella se conserva en perfecto estado la fachada de estilo manuelino, destacando en ella la profusión de relieves y sus puertas de vidrio con forma de arco de herradura.

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6. Barrio de la Alfama

En su origen fue un viejo barrio de pescadores. Es una maravilla perderse por sus calles, ya que entramos en una Lisboa que nos invita a disfruta de su pasado a través de la arquitectura, el ambiente, sus calles, el empedrado, los balcones con la ropa tendida… y demás rasgos de esta otra cara de la ciudad. En él se encuentra el precioso Miradouro de Santa Luzia con unas vistas espectaculares de parte de la ciudad y del puerto.

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Miradouro de Santa Luzia

 

7. Casa dos Bicos

También llamada la Casa de Brás de Albuquerque, pertenece al Barrio de la Alfama. La mandó construir en el siglo XVI el hijo de un conquistador, Alfonso de Albuquerque. Con el terremoto de 1755, los descendientes de Albuquerque venden los restos del edificio y en el siglo XX es reutilizada durante un tiempo como almacén y sede del comercio del bacalao. En pleno siglo XXI, alberga la Fundación José Saramago.

Lo más característico es su fachada revestida de bicos, que son una especie de piedras talladas con forma puntiaguda. Como esto hace que también se asemejen a diamantes, es llamada Casa dos Diamantes.

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8. Catedral de Sé

Su construcción data del siglo XII y, al sufrir diversos terremotos a lo largo de su historia, se pueden apreciar en ella múltiples restauraciones. Por su fecha de inicio de construcción, le podemos atribuir en estilo románico, sin embargo, en ella se aprecian varias inscripciones romanas. Probando este detalle el que seguramente se asiente sobre un templo de época romana.

También se puede apreciar el estilo gótico en alguna de sus capillas y lo que más llama la atención es que en su arquitectura hay influencias normandas. Este hecho se puede explicar con que, tras la Reconquista, son varios los cruzados procedentes de Inglaterra y transmisores de las influencias normandas.

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Como anécdotas ocurridas en este templo, podemos señalar que un obispo fue arrojado de una de sus torres durante un levantamiento popular en el siglo XIV.

También es destacable que San Antonio fue bautizado en su pila bautismal en 1195.

9. Castillo de San Jorge

Se encuentra en lo alto de un promontorio donde fue construido por los árabes, haciendo que fuera parte del conjunto fortificado de la ciudad. Entre sus diferentes funciones, fue morada real y, hoy en día, museo.

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10. Convento do Carmo

Los restos de este convento acogen el Museo Arqueológico de Lisboa y en su momento, fue la mayor iglesia gótica de la ciudad. Lo que sucede es que con el famoso terremoto de 1755, quedó como lo vemos hoy.

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11. Iglesia de Santo Domingo o Igreja de São Domingos

Pasa desapercibida, sin embargo, una vez que entras en ella produce mucha impresión. Sus altos techos y su interior calcinado te transportan por completo al incendio que sufrió en 1959.

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Fue creada en el siglo XIII y, bajo mandato del rey Manuel I, fue reformada. Posteriormente, el terremoto de 1755 y el consecuente maremoto destruyen esta iglesia.

Como parte de su accidentado pasado, también podemos señalar que la Inquisición celebraba allí sus autos de fe y demás acciones escabrosas.

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Para mí, la mayor movida sucedida aquí fue en el siglo XVI. Durante una misa, un monje hizo referencia a un milagro al ver el reflejo del sol en un crucifijo. Un nuevo cristiano le dijo lo que todos veían, que era un reflejo, y el monje lo tomó como pretexto para incitar a la violencia y asesinar alrededor de dos mil judíos y nuevos cristianos.

No todo quedó ahí. Cuando a oídos del rey Manuel I llegó lo ocurrido en la Iglesia de Santo Domingo, el rey mandó ejecutar a dos de los monjes que incitaron a la violencia.

12 y 13. Librería Ler Devagar y el espacio LX Factory

Bajo el Puente del 25 de Abril se encuentra la LX Factory con la preciosa Librería Ler Devagar.

Este recinto pertenecía a una antigua fábrica textil, después se convierte en imprenta y, actualmente, está sembrado de tiendas, restaurantes, cafés y galerías de arte.

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Ler Devagar se traduce en su sentido más literal por leer despacio.

Es considerada una de las librerías más bellas del mundo. Tiene un aire industrial que permite disfrutar de vagar entre sus estanterías repletas de libros y de multitud de escaleras que la articulan en un amplio espacio donde poder acceder a cada rincón. También posee dos cafeterías, por si quieres tomar un descanso.

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El símbolo por el que se reconoce la librería es, nada más y nada menos, que la musa de Pessoa cabalgando en una bicicleta alada. También podemos ver al soñador en busca de la luna en otro de sus pasillos.

14. Fuente de Chafariz del Rey

Data del siglo XIII y se trata de la fuente más antigua de la ciudad. Consta de 9 caños que abastecieron de agua las embarcaciones portuguesas del siglo XVI.

Lo curioso es que cada uno de sus caños estaba destinado a un grupo social, hombres, mujeres, niños, negros, esclavos, nobles…

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15. Monasterio de los Jerónimos

Se encuentra en el Barrio de Belem y fue mandado construir en 1502 por el rey Manuel I, así que, como no podía ser de otra manera, su estilo es manuelino en combinación con el renacentista.

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Su puerta lateral presenta una profusión de adornos increíble donde se aprecia un gran trabajo de cantera esculpido en todos esos relieves. Entre sus esculturas principales se encuentran Nuestra Señora de Belem y el Infante don Henrique, el Navegante.

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Como era de esperar, una de las capillas está dedicada a San Jerónimo. Se cuenta que Felipe II de España fue a visitarlo y quedó maravillado con la estatua del santo, a tal punto que le preguntó: «¿No me hablas, Jerónimo?»

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En la capilla mayor están enterrados el rey Manuel I y su esposa, la reina María Fernanda. También encontramos los sepulcros de Camoes y de Vasco da Gama, los cuales datan de finales de siglo XIX. Además, también está la imagen de San Gabriel que, supuestamente, llevó consigo Vasco da Gama en sus viajes a la India.

También es muy curioso que el transepto no está sostenido por ninguna de las columnas tan prolíficamente adornadas que delimitan el resto de las naves.

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16. Torre de Belem

Está ubicada en el punto desde donde zarpaban los barcos que iban en busca de los grandes descubrimientos. Es construida en el siglo XVI bajo las órdenes del rey Manuel I y es todo un ejemplo del poder naval y de la arquitectura militar portuguesa. Convergen en ella tres estilos, el románico, el gótico y el morisco.

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Si decimos que es ejemplo de arquitectura militar, ¿qué función tenía? Pues la de proteger Lisboa y defender el río.

17. Monumento a los Descubrimientos

Quiero cerrar esta entrada con este monumento que tanto me hizo sentir por todo lo que representa cuando estaba frente a él.

Es construido en 1960 para conmemorar que se cumplían 500 años del fallecimiento de Henrique el Navegante.

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Es super inmenso, pues tiene 52 metros de altura y su forma es de carabela transportando 33 personajes representativos del siglo XVI que miran al Tajo. Entre sus filas se encuentran diversos hombres del siglo de los descubrimientos, como los pertenecientes a la realeza, a la iglesia, artistas, escritores, cronistas, viajeros, cartógrafos, navegantes, matemáticos, capitanes o misioneros. Es decir, todos aquellos que contribuyeron a escribir la historia tal y como la conocemos hoy.

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En la plaza que precede al monumento hay una rosa de los vientos inmensa junto a un mapamundi decorado con múltiples sirenas y embarcaciones. En él se encuentran reflejadas las diferentes rutas que tomaron los antiguos descubridores.

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Como ya os había avisado, la entrada se está haciendo muy larga. Así que quiero escribir otra para dedicarla a la comidita que probamos en Lisboa y los sitios donde la degustamos, además de terminar de contar nuestro viaje aludiendo a Sintra, el Palacio da Pena y la Quinta da Regaleira. Luego, ya dejo en manos de Jordi y de Nieves quién se queda con qué entrada.

Espero que hayáis disfrutado tanto como nosotros de este pequeño recorrido por Lisboa y que os entre el gusanillo de ir. A nosotros todavía nos quedan muchas cosas por descubrir de ella.

¡Nos vemos en la siguiente publicación!