Un poco de espectáculo para estos días de lluvia. Moulin Rouge de Paris.
Varios me habéis preguntado por las fotos de mis redes sociales y por las publicaciones del blog.
Quiero dejar claro que las fotos que publico las hice YO con MI móvil cuando me daba el lujo de ir de paseo por París #flanner
Algunas las subo tal cual y las que modifico un poco, es únicamente con los filtros del propio Instagram.
Respecto a lo que escribo en el blog, es según lo que he vivido y lo que he aprendido de ese lugar gracias a los montones de folletos que me llevé de los museos, a los tours turísticos que hice o a los libros y series que vi y que me compré para comprender mejor la vida parisina y sus secretos #lavieparisienne
Y sí, solo hay una persona detrás de Tablaturas de mis pasos: Sonia.
Pues se trata de unas galerías subterráneas donde algunas civilizaciones de la cuenca del Mediterráneo tomaban sus cavidades como lugar de enterramiento.
Una de las muchas cosas que caracteriza las Catacombes parisiennes es que esas cavidades eran minas de la época romana. En concreto, minas de piedra caliza. No sé si os acordáis del post sobre la Catedral de Saint Denis. Pues esas canteras donde se escondía Dionisio para dar sus misas secretas son las mismas que las de las catacumbas.
Se sabe por dónde estamos yendo gracias a las inscripciones en las piedras. En este caso estábamos en la Avenida de Montsouris, pero bajo tierra.
Volviendo a sus características, estamos ante la mayor acumulación de esqueletos humanos en el mundo, pues se trata de un osario de unos 6 millones de esqueletos, que se dicen pronto.
Aparenta ser una trepanación. ¡Qué yuyu!
Durante la visita turística sólo se puede acceder a un kilómetro, pero eso es una ínfima parte de todos los túneles existentes: unos 300km. La visita oficial es tan reducida porque se ha descubierto que se practicaban rituales siniestros entre otras cosas…
La pregunta es, ¿cómo acaba tal cantidad de huesos bajo tierra?
Pues en el siglo XVIII los cementerios parisinos estaban hasta los topes y había que reorganizar el tema.
Conjunto de huesos del antiguo Cementerio de la Magdalena (Calle de la Ciudad del Obispo, Nº 1 y 2) depositados en 1844 en el osario oeste y transferidos a las catacumbas en septiembre de 1850.
De hecho, el audioguía de las Catacumbas cuenta que, en las casas que había cerca del cementerio de los Inocentes, la leche y el vino se agriaban antes de que terminara el día si no se guardaban bien. Y que el olor era tan fétido y horroroso que se extendía varias cuadras a la redonda.
Al tener tal foco de enfermedades en los diferentes cementerios, se decide trasladar los restos que hay en ellos a estas cavidades subterráneas.
Algo más de un año fue necesario para trasladar esos 6 millones de esqueletos parisinos.
Para aprovechar óptimamente el espacio, se decide ir acomodando los huesos en forma de muralla y por tipos. De ahí la curiosa imagen que adoptan estos túneles, llegando a haber zonas decoradas con los propios esqueletos. Incluso, para romper con la monotonía del osario, se grabaron sentencias de muerte y de esperanza en otra vida.
Ya habíamos dicho que la zona abierta al público era muy reducida, pero ello no quita que haya descensos no oficiales de unos cuantos atrevidos. Además de haberse descubierto prácticas de rituales siniestros, el entramado de túneles es laberíntico total, conllevando a perderse fácilmente. Muchos de los túneles son muy estrechos y bajos, llegando algunas zonas a inundarse. (Por ello que exista gente que «surfea» en medio de París).
Ante los diferentes peligros que suponen estas incursiones, toda visita no oficial se considera ilegal y conlleva su pertinente multa.
Para la visita oficial tienes que ir a la Place Denfert-Rocherau y supongo que esperar una cola eterna (de unas dos horas fue la nuestra en julio, para que veáis que no miento. En invierno fue mucho más liviana, de unos 20 minutos).
Os recomiendo coger el audioguía porque es super interesante todo lo que cuenta. Bajáis unos 20 metros bajo tierra, 132 escalones, y ya estáis en las entrañas de las Catacumbas.
¡Abrigaros para hacer esta visita!
La vais a disfrutar un montón.
Hoy me apetecía hacer una entrada especial en el blog. Es mi cumpleaños y, por ello, quiero autorregalarme una entrada con 25 cosas que me hacen feliz cuando voy a París.
El tiempo vuela y en nada ya tendré que volver a mi Tierrina, pero además de volver con un año más, también voy a volver con todo un bagaje de experiencias vividas en tierra gala que ya muchos quisieran.
He intentado vivir cada momento de este año en el extranjero con la mejor de las sonrisas.
También creo haber sacado el mejor provecho de cada momento de bajona (que gracias a dios han sido muy pocos)
Y todos los días estoy intentando empaparme al máximo de todas las historias posibles relacionadas con los lugares que visito en mis escapadas a París, que es de lo que más me gusta de mi estancia en Francia.
Antes de venir a la Galia hice una lista con las cosas que me gustaría hacer o visitar y, afortunadamente, ya he ido cumpliendo muchas de ellas.
Por todo ello quiero escribir esta entrada, porque estoy siendo feliz realizando mi sueño de vivir y trabajar en Francia y porque quiero compartir con vosotros los lugares y las pequeñas tonterías que me han dado un agradable momento de felicidad.
¡Ahí va mi lista! Espero que os guste, siempre podéis añadir algo más en los comentarios. No dudéis en escribirme.
1- Subir las escaleras de Montmartre y picar algo arriba mientras París hace vida.
Sacré Coeur
2- Perderme por las calles de París e ir conociendo nuevos lugares fascinantes.
La Défense
3- Conocer los más viejos de París: el árbol más viejo de París, plantado en 1602 al lado de la iglesia de Saint Julien le Pauvre; y la casa más vieja de París, edificada en 1402 sigue en pie en el 51 de la rue Montmorency.
4- Ver la tele, una serie o escuchar la radio en francés. La tele la verdad que no la veo nada, en todo este año vi Eurovisión y ya. Muy tristes los comentaristas gabachos… Pero series ya he visto la de Métronome(la cual os recomiendo fehacientemente), L’amour à 200 mètres(lo pasé pipa), Ever after high (sé que es infantil pero lo flipé) y Reign(sobre la reina María de Escocia, enganche total). Todas en francés y subtituladas en francés, para ir haciendo oído. Y respecto a la radio, somos fans de La radio sans pub.
5- Ir al mercado. Los viernes toca el de Arpajon y los domingos el marché de Bastille en París, en el boulevard Richard Lenoir. Hay mucha comida típica, fresca y muchos puestos de recuerdos y souvenirs a muy buen precio. Además el ambiente es muy animado.
Mercado de Arpajon en Navidad
6- Hacer trasbordo en el metro parisino una y otra vez como si nada. Ahora que ya lo veo con un poco más de perspectiva, si hago esto es, o porque la línea esta fatal comunicada con mi destino, o porque me he perdido… Afortunadamente, en todo el año que llevo aquí sólo me he perdido una vez y me confundí otra. Dos en total. Al final resulta muy fácil y cómodo lo del metro.
7- Tener largas conversaciones con franceses. Al principio acababa con la cabeza como un bombo si escuchaba a los demás hablar más de la cuenta en francés, pero ahora ya estoy acostumbrada y la verdad que no hay problema. Bueno, siempre que el tema a tratar no sea una chapa.
8- Comprar un libro en una librería francesa tipo Gibert Jeune, Shakespeare & Company, una tienda de segunda mano o uno de los puestos que hay a la orilla del Sena (les bouquinistes).
9- Salir por la noche parisina.
10- Ir a uno y otro museo todo lo que se pueda y más, hasta que se acaben.
11- Comprar una baguette (decepción total) y comer un croissant (todavía no he dado con uno que esté malo!!!)
12- Recorrer el Grand Axe (me metí en una tarde La Défense, L’Arc du Triomphe, Concorde y Saint Michel), en ello entran les Champs Elysées.
13- Subir a la gran noria de París (La Grande Roue).
14- Morrear en el Muro de los Te quiero, y en lo alto de la Tour Eiffel, y en el Sacré Coeur…
Mur des Je t’aime
15- Subir a la Torre Eiffel, al Arco del Triunfo, a las Torres de Notre Dame y de Montmartre y ver las grandes panorámicas de París.
Vistas desde la Tour Eiffel
16- Leer libros en francés. Obviamente ya cumplí con El principito de Saint Exupéry y con Nuestra Señora de París de Victor Hugo, de la cual leí un buen pedazo en Notre Dame (¡¡como tiene que ser!!).
17- Relajarme a los pies de Notre Dame y ver la cantidad de turistas que no paran de un lado para otro.
18- Descubrir un lugar mágico, como el Canal de Saint Martin, y ver otra de las muchas caras de París, no la de los turistas, sino otra más tranquila.
19- Poner un candado del amor en uno de los puentes del Sena, si hay que ser turista se es de verdad de la buena.
20- Montar en uno de los barcos que recorren el Sena a lo guiri total y ver lo más famoso de París desde una perspectiva diferente.
21- Saludar desde la orilla a los barcos con turistas (y recibir el saludo, claro).
22- Espatarrarme en cualquier jardín de París y disfrutar del ambiente (Jardins de Luxembourg, Jardin des Tuileries, Champs de Mars, Parc de Buttes Chaumont, Parc Monceau, Parc de Sceaux, Domaine de Chamarande y un largo etcétera).
23- Asistir a un concierto improvisado en las calles de París (o de mi gato-compi-de-piso).
24- Comer un crepe, una quiche, una fondue, un coulant, una blanquette, un croissant, una galette, macarrons o lo que sea típico francés.
25- Compartir toda esta experiencia con un ser querido.
26. Y finalmente añado una 26 porque son los años que cumplo: SER FELIZ VIVIENDO EL PRESENTE.
Espero que os haya gustado. Ya sé que hay mil cosas más por hacer, así que ahora es el turno de que vosotros las compartáis. Os espero en los comentarios.
He tenido la oportunidad de conocer la maravillosa ciudad de Reims y de poder visitar algunos de sus más emblemáticos símbolos, como lo es el Ange au Sourire o el Ángel Sonriente.
Uno de nuestros ángeles de la fachada que encontramos sonriendo
El famoso Ángel Sonriente con el puño decidido
En el pórtico de la gran Catedral de Reims, el cual pertenece a una fachada de unas 2.000 estatuas, se encuentra, con un aire super apacible, una serie de ángeles cuyas caras son risueñas por completo. En concreto, uno de esos ángeles se erige como icono francés durante la Primera Guerra Mundial, simbolizando así el ingenio francés y aquello destruido por los alemanes.
Entre el patrimonio destruido a causa de la guerra se encuentra nuestro ángel protagonista, el cual data de la primera mitad del siglo XIII y, durante la guerra ya citada, es «decapitado» durante el incendio de la catedral y posteriormente restaurado.
Decapitado o no, representa a San Gabriel, y sus alas extendidas hacen de esta representación religiosa una rareza escultórica dentro del arte gótico.
Hasta principios del siglo XIX nuestro ángel protagonista es testigo de las coronaciones de los monarcas franceses, en 1914 de la Primera Guerra Mundial, en 1991 de la inclusión de la propia catedral de Reims en el Patrimonio de la Humanidad, u hoy en día de los miles de turistas que se acercan a contemplarla con toda tranquilidad e ilusión por acercarse a este trocito de historia.
Catedral de Reims
Casualmente, unos meses después conocí la estupenda Amiens. Y cuando vi que en su catedral también había un ángel, pero en este caso triste, me llené de alegría. Sin saberlo se habían cruzado en mi camino dos grandes símbolos franceses de la Primera Guerra Mundial que para mí están completamente relacionados, pues uno es el Ángel Sonriente y el otro el Ángel que llora. Dos sentimientos y expresiones que todos conocemos, pues cada día nos batimos entre la tristeza y la alegría en esto de vivir.
Este ángel, como ya indican su nombre y su pose, tiene un trasfondo más triste, pues simboliza el dolor de los huérfanos de una casa de caridad, a cuyo cuidado se encontraba el sacerdote de la catedral. Se llamaba l’École des enfants bleus.
El ángel se encuentra sumido en un gran dolor y, como podemos ver en la imagen, la simbología acompaña la atmósfera que lo envuelve. A la izquierda hay un reloj de arena representando lo breve que es la vida. Bajo su codo, una calavera nos muestra la muerte.
Este ángel es más tardío que nuestro Ángel sonriente, pues data de mediados del siglo XVII y pertenece al grupo escultórico ideado para el mausoleo del canónigo Guilain Lucas de Genville. El pueblo de Amiens le profesa un gran cariño y es durante la Primera Guerra Mundial cuando se expande por completo su fama, pues los soldados se ampararon en él, lo protegieron con una gran barricada de sacos de arena y mandaron múltiples imágenes, fotos y postales en su correspondencia con sus allegados.
El Ángel Sonriente y el Ángel que llora son para mí dos esculturas que han enriquecido enormemente mis andaduras por Francia, pues no sabía de su existencia y sin querer, ambos se toparon en mi camino. Haciendo de esta casualidad del destino un bonito encuentro entre lo que es viajar y lo que es empaparse de cultura a donde quiera que vayas.
Catedral de Amiens
Me llevo un gran recuerdo de los dos y sentimientos encontrados, pues mucho sonrío por haberlos visto y mucho entristezco por no poder volver a verlos todas las veces que quisiera.
El 1 de mayo de 2017 sembrábamos la semilla de lo que ahora veis como Tablaturas de mis pasos.
El proyecto de mudarme de país dio comienzo a este boceto de blog personal y poco a poco va tomando forma.
En un principio había pensado en compartir con vosotros el material que utilizo y que creo para mis clases de español en Francia. Sin embargo, todo ha ido tomando un cariz algo distinto, lo podéis ver vosotros mismos. Al final os estoy contando de todo un poco, los libros que leo, los lugares que visito, la comida que saboreo, las impresiones que tengo sobre los franceses y su cultura…
La verdad que prefiero que el blog se vaya desarrollando como lo vaya pidiendo, de forma natural, no quiero imponer nada. Que fluya…
Si saco tiempo me gustaría escribiros más sobre material para las clases de español. Pero me da a mí que empezaréis a ver ese tipo de entradas cuando ya vuelva a España, porque por el momento no soy capaz a hacer un hueco.
También me gustaría hablaros con más propiedad de los sitios que tengo la oportunidad de visitar en París. Si vosotros también hacéis aportaciones para enriquecer todo esto pues mejor que mejor.
También quiero tiempo para poder leer más y contaros las historias que encierran los libros con los que me topo. Todos tenemos derecho a conocer nuevos mundos.
Otra de las cosas que me gustaría es publicar con más regularidad, aunque con el tipo de trabajo que tengo es un poco complicado. Esto de ser profesora hace que mi tiempo lo dedique por entero a mis niños y que el poco que me sobra lo dedique a ir a París. Es una oportunidad única en la vida, así que supongo que me perdonaréis… Je, je, je.
En mayo de 2017 dio comienzo este blog, ya os he contado lo que me gustaría hacer para este nuevo año. Ahora os cuento cómo fueron nuestros comienzos y en qué manera vosotros nos habéis estado apoyando a través de vuestras lecturas, comentarios, me gusta, seguimientos, etc…
Tablaturas de mis pasosen Facebook cuenta con 332 me gusta y 29 opiniones (28 de 5 estrellas y una de 4 estrellas). La publicación que cuenta con más me gusta es una foto de Notre Dame de París y suma 123 me gusta. Os animamos a pinchar en el enlace del nombre de la página y a seguirnos.
Tablaturas de mis pasos en Twitter se llama Oviversaiy en el apartado de seguidores contamos con la gran cifra de 1.612 seguidores. Hemos publicado 1.097 tweets. Somos muy activos en Twitter y estamos muy contentos de que nos acompañéis en ello.
En InstagramOviversaiya alcanza las 158 publicaciones y los 179 seguidores. La foto que más me gusta alcanzó es una de los pies de la Tour Eiffel y cuenta con 81 me gusta. Solemos publicar muchas historias, así que te recomendamos seguirnos para que no te pierdas ninguna. ¡Te esperamos!
En Pinterest nos llamamos Tablaturas de mis pasos y contamos con 54 seguidores que siguen nuestros variados tableros.
También nos encontramos en Tumblr como Tablaturas de mis pasosy a pesar de ser muy activos sólo contamos con 14 seguidores.
En Bloguers.net llegamos casi siempre a portada gracias a vuestros votos positivos. De 46 artículos enviados, 34 han llegado a portada. Nos llamamos Oviversaiy tenemos 58 seguidores.
Tenemos un grupo de Telegram donde publicamos las entradas del blog que se llama Tablaturas de mis pasos.
Y ahora vamos al meollo de la cuestión. En Tablaturas de mis pasos en WordPress contamos con 126 seguidores. Hemos publicado 46 entradas, las cuales han recibido 2.984 visitas entre el 1 de mayo de 2017 y el 4 de enero de 2018. Todas esas visitas son fruto de 1.623 visitantes.
En 2017 contamos con 204 comentarios, es decir, una media de 5 comentarios por publicación.
Respecto a los me gusta, estamos muy orgullosos de los 406 me gusta que nos habéis dado, lo que hace una media de 9 me gusta por publicación.
Y habéis sido lectores de 27.136 palabras, una media de unas 603 palabras por cada publicación.
Habéis sido super amables, y ello lo demuestran los propios números. La entrada con mayor número de comentarios, para ser exactos 33, es la de Problemas en Francia. Ayuda, salir fuera es duro.
El bloguero que más veces se ha lanzado a comentar ha sido Aubescrit. ¡Muchas gracias por tu participación!
Estamos encantados con todas estas cifras. No esperábamos ni la mitad de la aceptación que estamos teniendo y estamos muy contentos de poder continuar en este proyecto llamado Tablaturas de mis pasos. Sin vosotros no hubiera sido posible llegar hasta aquí.
Mis mejores deseos para el nuevo año y que todos vuestros proyectos se cumplan.
Me encanta la Edad Media y no podía pasar sin haber visitado el Museo de la Edad Media de París y sin tener un libro que cuente un poquito cómo se desarrolló la Edad Media francesa.
Este libro está orientado a enfocar desde una visión didáctica la evolución acontecida en el territorio francés, desde final de la Edad Antigua hasta el Renacimiento. Para ello nos cuenta la transformación gradual de la Edad Media francesa en diferentes planos culturales.
En el plano artístico vemos la evolución del arte románico hacia el arte gótico a través de diferentes obras como son diferentes edificios, libros, ilustraciones, vidrieras, tapices, joyas, pinturas, esculturas…
También cuenta el desarrollo de la sociedad feudal durante los diez siglos que dura la Edad Media. Nos habla de la nobleza, de la iglesia y de los campesinos.
Además, Carlomagno se presenta como una personalidad clave en todo este proceso de cambio gracias al impulso que dio a los manuscritos (portadores de cultura y conocimiento) y a la evolución de la letra carolingia.
Finalmente, la visión del mundo se focaliza sobre la figura humana y entramos de lleno en el periodo renacentista. Para poder visualizar claramente este paso,podemos fijarnos en la Dama del Unicornio; serie de tapices que tuve la oportunidad de ver de primera mano en el Museo Cluny de París y que me maravillaron. Os dejo un par de fotos de cuando estuve allí.
Recomiendo la lectura de este pequeño libro puesto que la historia medieval de Francia se vuelve muy amena con sus diversas y abundantes ilustraciones y se encuentran muy bien esquematizados los conocimientos clave para comprender fácilmente la Edad Media en Francia.
En invierno hay que forrar y de toda la vida has de engordar.
En esta época tan fría del año no se puede andar escatimando en comida y hay que cuidarnos muy mucho de coger catarros. Así que para mantener las defensas firmes yo he comido todos estos platos riquísimos.
Espero daros alguna idea para cocinar con estos platos de noviembre.
¡Qué aproveche!
En Arpajon hay un sitio especializado en crepes que, como no podía ser de otra manera, se llama La crêperie. Su comida es bretona, mucho crêpe salado y la decoración del lugar también es de la Bretaña. Eso sí, la música debía de ser la radio latina, porque tenían reggaeton en español sin parar.
Tenían anunciada su sidra por todo lo alto, se puede apreciar en la foto. Así que como buenos asturianos nos lanzamos a probar la sidra de Val de Rance y la verdad que estaba muy buena. Era muy suave y sabía muy bien. Lo único que se me hizo raro durante todo el rato fue ¡beberla en taza!
Sidra bretona Val de Rance
Comimos todos los crepes como pepones, nos pusimos las botas. Estaba todo delicioso, os podéis hacer una idea por las fotos, je, je, je. La primera vez que comí un crepe salado no me gustó nada, pero he de decir que mi paimpol estaba buenísimo.
La carta era muy original, os la dejo en las imágenes. Los crepes salados tenían los nombres de diferentes ciudades: Saint Malo, Brest, Morlaix… Y los crepes dulces tenían nombres de grandes caballeros y grandes damas de las historias del ciclo artúrico: Lancelot, Arturo, Merlín el Encantador, Morgana…
Lo único que tenéis que hacer si os apetece ir a comer a La crêperie es ir con buen apetito y reservar con antelación. ¡Que no se os olvide!
Vamos a dejar un poco de lado la comida de restaurante y nos pasamos al arte culinario en casa. Como me sobraron unos champiñones que ya no daban más de sí y tenía un poco de pollo en el congelador que no sabía qué hacer con él, se me ocurrió guisarlo. Y ahí le metí ajo, cebolla, aceite, avecrem, los champiñones, zanahorias, patatas y el propio pollo. Y la verdad que no esperaba que supiera tan sumamente bien. Está mal decirlo, pero me sorprendí a mí misma.
Estas cosas que sólo haces cuando hay algo de oferta es comprar cosas que no tienes ni idea de lo que son. Y yo compré unos ñoquis. No tenía de ni la más repajolera idea de lo que eran, pero por si alguien no lo sabe, vienen a ser una especie de patatas cocidas que parecen bolitas de pan de miga. Los mezclé con salsa de queso azul y quedaron sublimes.
Y otra de las cosas que todos hacemos, aunque no lo queramos reconocer, es aprovechar las cosas que sabemos que no vamos a comer para reinventar platos. En mi caso sabía a ciencia cierta que no iba a comer una manzana que ya había comprado hacía un tiempo. Así que a la manzana le sumas unas grosellas y una frambuesa y te sale un pastel de manzana todo decorado. Muy orgullosa de mi creación.
En el colegio, los profesores, todos los miércoles hacemos desayuno en el recreo. Tenemos una lista con las fechas de todos los miércoles del curso y el día en que te apuntes tienes que llevar algo para desayunar. Así que yo llevé algo muy español, tortilla de patata, y algo muy asturiano, frixuelos. Todo muy rico.
Este mes tocó ir de viaje a Reims y a Metz. Nos encantaron las dos ciudades y comiqueamos diferentes manjares para el paladar.
La primera parada que hicimos en Metz fue en el establecimiento Bar Saint Jacques. Comimos una tartiflette, unas galettes y una baguetteflam‘. Y super económico, la verdad.
Tartiflette
Baguette flam’
Galettes
La siguiente parada fue para merendar y fuimos a la crepería Le Saint Malo. Debía de tener muy buena fama porque estaba abarrotada y la verdad que los crepes no pudieron ser mejores. Pedimos uno de especulos, otro de nutela y chantilly y otro de chocolate y chantilly. Chantilly viene a ser lo que llamamos de toda la vida nata montada para postres.
Coincidimos con el mercadillo de Navidad de Metz y como no podía ser de otra manera teníamos que hacernos con algo típico del lugar. Entonces en uno de los puestecillos dimos con los famosos bretzels. En mala hora los cogimos… Para hacernos una idea, tienen el tamaño de palmeras de chocolate grandes, la masa viene a ser de brioche y tiene unos tolondrones de sal bastante curiosos. La masa estaba a medio hacer, estaban como morrillos, y la sal sabía a rayos. Y a mí me encanta la sal. Me sentaron como una piedra, nunca más. Pa quien los quiera. Pero bueno, ya puedo decir que he comido, o intentado comer, un bretzel.
Sesión cervecera en la cervecería Les berthom. Ambiente inmejorable, música genial para poder pasar el rato, charlar y disfrutar de la cerveza y de la genial decoración del bar. Nos tomamos unas cuantas pressions que eran la Chouffe especial de Navidad (muy buena), la Maredsous (mejor imposible) y la Vedett (no me gustó nada, yo soy más de tostada).
Como todo sábado típico de cualquier ciudad, hay que acabar la noche con un poco de comida rápida. Y esta vez les tocó a las patatas asadas formar parte de nuestro gran imaginario culinario. Pedimos una de jamón y queso, por el tema de no arriesgar, y una Lorraine. Esta última venía a ser una patata hecha con ingredientes típicos de la zona, o a la manera de la zona o a algo de la zona (zona, zona xD), porque no me quedó claro. Lo que quedó claro fue el recipiente, porque no dejamos ni una miguita.
Jamón y queso
Loraine
Cambiamos de ciudad y nos vamos hasta Reims. Para quien no lo sepa (yo no lo sabía) el champán es típico de esta región. Así que nos vimos obligadas a probarlo, no nos quedó otra. Un ojo de la cara en Le lion de Belfort nuestra copita de champán (8€ de copita por cabeza, porque no era copaza era copita, pero hay que reconocer que estaba bueno).
Ya sólo por el precio la foto del champán merece estar sola. A continuación os dejo las otras cositas que comimos. No me acuerdo de cómo se llaman pero eran espaguetis con una bola de carne muy rica y con una salsa buenísima. Y de postre mousse de chocolate y vainilla caramelizada.
Si alguno de los que me está leyendo nos sigue, recordaréis que hicimos una buena cosecha de calabazas del huerto. Así que como no podía ser de otra manera hice puré con nuestras propias calabazas. Y quedó buenísimo. Eso sí, de una sola calabaza ya podemos sobrevivir durante todo el invierno, ¡porque madre mía menudo bicho!
En la foto os dejo unas albóndigas en pleno proceso. Fueron de esas cosas que se cogen porque están de oferta y la verdad que me quedaron sensacionales. Se me olvidaron en el fuego y algunas de las patatas quedaron con un requemado de la cebolla ¡que sabía a gloria! Tienen que olvidárseme más veces las cosas en el fogón… Ja, ja, ja.
En los tres meses que llevo aquí todavía no había comido una pizza. Me estaba currando mi comidita. Pero un día llegó la vagancia y no se fue. Así que no quedó otra y hubo pizza con queso de cabra pa comer.
Ahí donde los veis, me costó la vida encontrar unos garbanzos, poischiche. No existían en ningún supermercado. ¡En la Galia no hay garbanzos! ¡Y a mí me encantan los garbanzos! En consecuencia, cada vez que voy a un supermercado paso la vida en la sección de legumbres por si alguien ha pensado en mí y ha traído un porte con garbanzos. ¡¡¡¡¡¡Y eso sucedió el otro día!!!!!! Así que aquí os dejo, toda orgullosa, mis primeros garbanzos. Riquísimos.
Para cerrar esta entrada, y para cerrar el mes de comidita de noviembre, nos dejamos caer por el Buffalo Grill. Era un lugar de obligada parada porque siempre que cogemos el coche lo vemos desde la autopista con sus luces rojas y fluorescentes. Así que teníamos que cumplir con la llamada y era obligatorio ir a conocer y degustar el lugar. Nos jartamos a hamburgesa de bacon y la salsa de roquefort estaba de toma pan y moja (o más bien de toma patata y moja). La carne espectacular. Supongo que a lo largo de este año acabaremos repitiendo.
Y hasta aquí muchas de las cosas que nos hemos metido entre pecho y espalda durante este mes de noviembre.
Espero haberos dado alguna que otra idea para comer esta semana y espero veros muy pronto por aquí otra vez.
La Biblioteca Nacional de Francia, a partir de ahora BFN, es el lugar donde se encuentra custodiado y bien cuidado todo el patrimonio bibliográfico de la Galia.
François Mitterand, presidente de la República Francesa hace ya algunos cuantos años, pidió que se construyera un recinto donde albergar toda la riqueza bibliográfica del país de forma eficiente y segura. Como resultado de dicha petición, en 1998 se construye al lado del Parque de Bercy y de las orillas del Sena la BNF.
Se trata de una biblioteca super moderna ideada por el arquitecto Dominique Perrault. Sin embargo, no le fue fácil hacerse con la responsabilidad de diseñar semejante complejo, ya que tuvo que competir contra otros 244 arquitectos. Finalmente, como ya sabemos, el más atrayente fue el de Perrault.
La BNF se encuentra dispersa entre varios edificios de la villa de París, pero yo os estoy hablando del que alberga unos 13 millones de documentos, del que se compone de cuatro altas y robustas torres que simulan cuatro libros abiertos, del que cuyo centro es un bosquecito selvático precioso.
Podéis asomaros a este asombroso lugar en el distrito 13 de París, en la calle François-Mauriac. Y si queréis adentraros, se encuentra abierto de martes a sábado de 10h a 19h y los domingos de 13h a 19.
Yo todavía no he entrado, pero ya me he paseado varias veces por sus alrededores y es una zona muy bonita. Os dejo unas cuantas fotos que le hice. Espero que os gusten.